El aumento en aranceles de 15 por ciento por parte de Estados Unidos a la empresa Airbus, que entrará en vigor a partir del próximo 18 de marzo, terminará por afectar a las empresas del país vecino del norte.
La semana pasada la Oficina del Representante de Comercio Exterior dio a conocer a la empresa europea la decisión, luego de que en octubre pasado el vecino del norte había impuesto un arancel de 10 por ciento a alrededor de 7 mil 500 millones de dólares de bienes y servicios europeos anuales.
Washington tomó esa medida en represalia por las subvenciones, que la Organización Mundial del Comercio (OMC) considera indebidas.
En Europa y Estados Unidos, los sectores afectados por esa disputa comercial observan con nervios cualquier nueva decisión, con la esperanza de que su categoría sea retirada de la lista y el temor de que los aranceles aumenten.
En octubre, Delta AirLines, aerolínea clienta de Airbus, lamentó esas sanciones, alegando que los aranceles iban “a perjudicar gravemente las compañías aéreas” del país, así como a “los millones de trabajadores”.
Tras conocer la decisión del Gobierno de Trump, Airbus ha asegurado que el aumento de los aranceles se da en un contexto donde ya enfrentan una escasez de aviones por la crisis de Boeing con los aviones 737 MAX.
El fabricante europeo aseguró que continuará las conversaciones con sus clientes estadounidenses para “mitigar los efectos de los aranceles en lo posible”.
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