La crisis económica que desató la pandemia de Covid-19 empujó a 1.9 millones de personas a la informalidad durante el quinto mes del año, en comparación con el mes anterior, lo cual ubicó a este segmento en 22.6 millones de trabajadores en esta condición.
A través de su Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que la tasa de informalidad laboral se situó en 51.8 por ciento, el incremento más alto desde 2005, cuando inició el registro; 4.1 puntos porcentuales por encima del mes inmediato anterior.
“La Tasa de Informalidad Laboral 1 (TIL1) se situó en 51.8 por ciento, cifra mayor en 4.1 puntos porcentuales comparada con la del mes previo”, señala la Encuesta Telefónica.
En su interior, se observa que la tasa de informalidad masculina fue de 52.7 por ciento, 3.9 puntos porcentuales mayor al mes anterior, y la femenina se ubicó en 50.6 por ciento, 4.4 puntos porcentuales superior respecto a la de abril.
En el caso de la tasa de subocupación se ubicó en 29.9 por ciento, cifra superior en 4.5 puntos porcentuales a la de abril del mismo año. Este aumento representa una variación de 2 millones de personas ocupadas .
De acuerdo con algunos expertos, el aumento de 1.9 millones de personas en la informalidad era algo predecible, luego de que hasta las cifras del mes de mayo el IMSS tuvo una baja de empleos de más de un millón de plazas laborales y era evidente que se buscarían un modo de subsistir, señaló en entrevista con La Razón, Alejandro Avilés, analista laboral privado.
Explicó que si bien, las cifras del Inegi pueden ser contradictorias, debido a que la Población Económicamente Activa (PEA) se incrementó en mayo y junio, no necesariamente fue en empleos formales si no en los informales.
“La tasa de desocupación baja, pero la informalidad sube; y ésta representa trabajo sin seguridad social, nula antigüedad, no hay semanas de cotización, no hay cuotas al IMSS, al SAT; no se entrega ISR, entonces estos 1.9 millones de mexicanos en la informalidad es una desgracia por donde quiera que se le vea”, dijo.
Añadió que los datos del Inegi son una catástrofe, porque son casi 2 millones de mexicanos que se expondrán en la calle, ni tendrán el respaldo de la seguridad social; eso se sumará a la posibilidad de que no sólo sea ésta la cifra de informalidad.
“La cifra de 1.9 millones de trabajadores informales pueden ser más. Hoy por hoy las empresas siguen despidiendo gente, en el mejor de los casos los están liquidando, pero eso es algo que se viene dando todavía. En el mes de junio se recrudeció en función de que algunas empresas que intentaron resistir en marzo, abril y mayo, ya no pudieron, en junio despidieron gente”, refirió.
AFECTACIÓN EN RECAUDACIÓN
El experto señaló que este tema también tendrá efectos importantes para las arcas públicas, debido a que los trabajadores formales, quienes están registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) son contribuyentes que pagan a Hacienda el ISR de manera automática.
“Pero la informalidad no suma a la riqueza del país y no se puede medir el crecimiento del mismo positivamente”, añadió.
OIT PREVÉ PANORAMA COMPLEJO
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que la pandemia de Covid-19 eliminó 14 por ciento de las horas trabajadas en el mundo durante el segundo trimestre de este año, equivalentes a 400 millones de empleos de tiempo completo; si bien es una cifra alarmante, un posible rebrote de la pandemia podría destruir 340 millones de empleos más en la segunda mitad del año.
De acuerdo con el organismo internacional esta caída es tan marcada que ni siquiera una posible recuperación en la segunda mitad de 2020 sería suficiente para volver a los niveles de empleo previos a la crisis sanitaria.
“La cantidad de horas de trabajo perdidas en todo el mundo durante el primer semestre de 2020 fue significativamente más alta de lo que se había estimado, mientras que la recuperación sumamente incierta en la segunda mitad del año no será suficiente para regresar a los niveles anteriores a la pandemia, aun en el mejor de los escenarios, y se corre el riesgo de ver una pérdida constante de empleos a gran escala”, advirtió el organismo.
Explicó que la pérdida de trabajo dependerá de la evolución de la pandemia, de las medidas nacionales que tomen los gobiernos y de la cooperación internacional. Así, planteó dos panoramas, el primero es optimista con una merma equivalente a 34 millones de empleos de tiempo completo; mientras que la pesimista, tendría una destrucción de 340 millones trabajos.
El 93 por ciento de los trabajadores a nivel global vive en países que han implementado medidas de confinamiento para prevenir contagios de Covid-19, lo que se ha traducido en pérdidas severas.
Quienes han recibido el mayor impacto por esta situación han sido las mujeres; debido a que el 40 por ciento de las trabajadoras labora en los sectores más afectados por la crisis: hotelería, restaurantes, comercio e industria manufacturera.
“El Observatorio constata que las trabajadoras han sido afectadas de manera desproporcionada por la pandemia, creando el riesgo de que algunos de los modestos progresos en materia de igualdad de género alcanzados en las últimas décadas se pierdan y que las desigualdades de género relacionadas con el trabajo se agudicen”, expresó el organismo.
JVR