La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó que los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado y pidió mantener la vigilancia ante la alta incertidumbre, aunque destacó que las medidas adoptadas por las economías avanzadas han calmado la tensión en los mercados.
En Pekín, durante el Foro de Desarrollo de China, afirmó que, para la economía mundial, “la primavera aún está por llegar”, al reiterar que 2023 será otro año difícil, con una desaceleración del crecimiento mundial por debajo del 3 por ciento debido a las secuelas de la pandemia, la guerra en Ucrania y el endurecimiento monetario.
Incluso, dijo, con mejores perspectivas para 2024, el crecimiento mundial se mantendrá por debajo de su promedio histórico del 3.8 por ciento y las perspectivas generales seguirán siendo débiles.
Adelantó que el FMI proporcionará una evolución detallada de la actividad global durante las Reuniones de Primavera del 2023 que celebrará a partir del 10 de abril junto con el Banco Mundial en Washington, Estados Unidos, evento en el que presentará la actuallización de su Informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial, para la cual al momento tiene un pronóstico de crecimiento de 2.9 por ciento.
Afirmó que los responsables de la política monetaria de las economías avanzadas habían respondido con decisión a los riesgos para la estabilidad financiera tras los recientes colapsos bancarios en Estados Unidos y Europa, pero que aun así era necesaria la vigilancia.
“Seguimos observando de cerca la evolución de la situación y evaluando las posibles implicaciones para las perspectivas económicas y la estabilidad financiera mundiales”, dijo al agregar que el FMI pone especial atención a los países más vulnerables, en particular a los de bajos ingresos con altos niveles de deuda.
La directora gerente del FMI también advirtió que la fragmentación geoeconómica podría dividir el mundo en bloques económicos competidores, dando lugar a “una división peligrosa que dejaría a todos más pobres y menos seguros”.
“En conjunto, estos factores significan que es probable que las perspectivas de la economía mundial a mediano plazo sigan siendo débiles”, añadió.
Respecto a la economía de China, afirmó que el fuerte repunte económico de 5.2 por ciento para 2023, ofrece cierta esperanza, ya que se espera que el gigante asiático represente alrededor de un tercio del crecimiento mundial en este año.
El organismo internacional calcula que cada punto porcentual de aumento del crecimiento del PIB en China se traduce en un alza de 0.3 puntos porcentuales del crecimiento en otras economías asiáticas.
Instó a los responsables de política monetaria chinos a trabajar para aumentar la productividad y reequilibrar la economía, alejándola de la inversión y dirigiéndola hacia un crecimiento más duradero impulsado por el consumo, incluso mediante reformas orientadas al mercado para igualar las condiciones entre el sector privado y las empresas estatales.
De acuerdo con Georgieva, estas reformas podrían elevar el PIB real hasta 2.5 por ciento en 2027 y en torno a 18 por ciento en 2037.