La inflación en México se ubicará entre 2 y 2.5 por ciento durante abril, mayo y junio de este año, debido a los bajos precios de los energéticos, en particular de la gasolina, aunque repuntará a 3.6 por ciento a finales de 2020, destacó Bank of America (BofA).
La institución financiera anticipó que la inflación aumentará en los próximos meses, a medida que los precios de la gasolina se recuperen un poco y los precios de las mercancías aumenten debido a la escasez y especialmente debido a algún traspaso de la depreciación del peso a los precios.
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Precisó que su nuevo pronóstico de inflación es ligeramente superior a su previsión previa para 2020, de 3.5 por ciento, aunque sigue esperando que la inflación termine en 2021, quedando en 3.9 por ciento.
Sobre el Producto Interno Bruto (PIB) del país, mantuvo su pronóstico para 2020 en una contracción de 8 por ciento, aunque aclaró que los riesgos a la baja siguen aumentando rápidamente.
Anticipó una contracción muy grande en el segundo trimestre del año, tras la la caída que registró la economía mexicana en el primer trimestre del año, de acuerdo con la estimación oportuna del PIB, de 1.6 por ciento respecto al cuarto trimestre de 2019 y de 2.4 por ciento con relación al primer trimestre del año pasado.
Apuntó que esta fuerte contracción ocurrió incluso antes de que México cerrara sus actividades económicas no esencial debido a la pandemia de Covid-19, ya que la emergencia sanitaria comenzó el 30 de marzo, aunque algunas medidas iniciales de distanciamiento social comenzaron desde el 23 de marzo.
“Esperamos una contracción de -34 por ciento en el segundo trimestre de 2020 (anualizado) pero vemos grandes riesgos a la baja”, agregó BofA, aunque este dato se calcula de acuerdo a la medición del PIB que se hace en Estados Unidos, con una tasa trimestral anualizada con cifras desestacionalizadas.
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Afirmó que la respuesta fiscal de México no está ayudando a amortiguar el golpe por el Covid-19 ni está sentando las bases para una recuperación económica más rápida, ya que ésta asciende a menos de 1 por ciento del PIB, además de que el gasto público se contraerá un 3 por ciento anual en términos reales en 2020.
No hay ningún cambio de política para hacer frente a la emergencia sanitaria y ahora económica”, añadió BofA en su reporte.
