Expectativa, por una baja en la demanda, dice

Banco Mundial prevé desaceleración del PIB en México en primer año de gobierno de Sheinbaum

Estimación para 2024 queda sin cambios a su análisis de abril, en un crecimiento de 2.3 por ciento; persistencia en la inflación seguirá restringiendo la expansión de la economía mexicana en el corto plazo, refiere

Economía mexicana.
Economía mexicana. Foto: Reuters

Para los primeros dos años de Gobierno de la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, la economía mexicana crecerá 2.1 y 2.0 por ciento, respectivamente, una desaceleración si se compara con la expectativa de 2024 de 2.3 por ciento, señaló el Banco Mundial (BM).

El pronóstico de 2025 es mayor al proyectado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que dijo que en el siguiente año México crecerá a una tasa de sólo 1.4 por ciento. En tanto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que crezca 2.2 por ciento en 2024 y 2.0 por ciento en 2025.

En el informe Perspectivas Económicas Mundiales, publicado este martes por el BM, el organismo internacional señaló que esta moderación en el crecimiento económico del país se explica por el resultado de una restricción en las políticas en materia fiscal y monetaria.

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Foto ilustrativa de fruta en venta en un mercado de México

El informe sostiene que aunque la actividad económica de México se ha recuperado poco a poco tras la pandemia de Covid-19, el crecimiento del país será lento para los siguientes tres años, quedando corto en comparación con el crecimiento que registró el Producto Interno Bruto (PIB) en 2023, de 3.2 por ciento.

Para 2024, el crecimiento de México será de 2.3 por ciento, estimación que quedó sin cambios respecto a lo mencionado por el mismo Banco Mundial en su reporte de abril, pero por debajo de lo previsto en enero, cuando adelantaba un repunte económico de 2.6 por ciento.

La proyección del BM de este año también es ligeramente menor a lo proyectado por el FMI, que prevé que la economía se expandirá 2.4 por ciento.

Este ajuste a la baja se debe a que existe una política monetaria estricta, así como una “flexibilización anticipada de la demanda interna después de años de crecer por encima de su ritmo potencial”, esto a consecuencia de una reducción en el gasto de los consumidores para otros bienes que no son de primera necesidad.

Explicó que aunado a ello, la inflación general, que aunque ha ido en descenso hasta ubicarse en mayo pasado en 4.69 por ciento, aún se encuentra por encima del objetivo del Banco de México –de 3.0 por ciento +/- un punto porcentual– lo que “seguirá restringiendo el crecimiento en el corto plazo”.

No obstante, el organismo afirmó que se espera que la inflación y las tasas de interés se reduzcan a finales de 2024, lo que dará la pauta para que la inversión y el consumo repunten en 2025, ya que “se llevarán a cabo varios programas sociales y de inversión pública que alcanzarán finalización en el siguiente año”, destacó.

Economía de América Latina y el Caribe se desacelerará a causa de Argentina

Por otra parte, en cuanto al crecimiento económico de América Latina, el Banco Mundial prevé que la economía de la región baje desde el 2.2 por ciento que obtuvo en 2023 a 1.8 por ciento en 2024, derivado de una reducción en las exportaciones regionales y a un deterioro de las perspectivas de corto plazo para Argentina, donde se espera que las medidas de política fiscal y monetaria necesarias para abordar los desequilibrios crónicos causen un cambio temporal, dijo.

Detalló que esta desaceleración económica se debe a que existen elevados niveles de deuda que presionan la estabilidad financiera de las economías de la región, los cuales pueden afectar la demanda privada y requerir una consolidación fiscal acelerada.

“Si bien los déficits fiscales en la mayoría de las economías de América Latina y el Caribe se han reducido desde la pandemia, siguen siendo sustanciales. Si los mercados percibieran estas posiciones fiscales como insostenibles, el apetito por el riesgo de los bonos gubernamentales de la región podría disminuir materialmente, forzando consolidaciones fiscales más abruptas que las supuestas en el escenario base”, destacó.

Asimismo, dijo que otro de los factores que frenan el crecimiento económico de la región es la inflación subyacente persistente, que en la mayoría de los países de América Latina está por encima de la meta, la cual podría obligar a los bancos centrales a detener los recortes de las tasas de interés y continuar con posturas de política monetaria más estrictas de lo esperado.

Agregó que otro de los riesgos a los que se enfrenta la región es la posible contracción económica de China, que se prevé que este 2024 su crecimiento baje de 5.2 (en 2023) a 4.8 por ciento y para los dos años siguientes se desacelera a 4.1 y 4.0 por ciento.

“Si los riesgos a la baja en China se materializaran, la demanda general en China caería, particularmente de materias primas. Esto deprimiría los precios de productos industriales clave, en particular los metales, añadiendo un riesgo adicional a la baja para el crecimiento en algunas economías latinoamericanas principalmente Chile y Perú”, resaltó el BM.

A nivel global, el BM pronostica un crecimiento económico estable de 2.6 por ciento durante 2024, por debajo de su expectativa de enero, que fue de 3.1 por ciento. Para 2025 y 2026, prevé un panorama más positivo de 2.7 por ciento.

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FGR

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