El programa temporal de apoyo implementado por los bancos para diferir los pagos de créditos de cuatro o hasta seis meses para mitigar los efectos asociados a la contingencia por el Covid-19, no es una condonación del adeudo, sino una “tregua” o un “periodo de gracia”, a fin de que las personas tengan liquidez durante ese lapso, aclaró la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
El presidente del organismo, Oscar Rosado Jiménez, dijo que ha habido un mal entendido entre los usuarios respecto al programa iniciado hace una semana, el cual consiste en diferir los pagos de sus créditos a un periodo de gracia de cuatro o seis meses, y transcurrido dicho plazo, los clientes deben comenzar a pagar.
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En entrevista con La Razón, Rosado Jiménez apuntó que en llamadas, correos y chats que recibe la Comisión, ha notado que entre los cuentahabientes “hay la idea de que el programa es una condonación, y no, lo que están dando (los bancos) es un periodo de gracia”.
Informó que a diario, la Condusef recibe un promedio de mil llamadas telefónicas, 500 correos electrónicos y 300 chats, a través de los cuales los usuarios de servicios financieros solicitan asesorías y en esta última semana, la mitad de ellas fueron para preguntar por el programa de apoyo de los bancos.
Las personas piensan, agregó Rosado, que les van a condonar capital e intereses cuando lo que ofrecen los bancos consiste en que, a la amortización, que incluye capital más intereses, le dan un plazo de gracia para que no paguen los meses de marzo, abril, mayo y junio, y empiecen a pagar en julio; entonces los intereses de esos cuatro meses se acumulan al capital del adeudo.
“Haz de cuenta que dejaste de pagar mil pesos por mes de intereses, son cuatro mil pesos; esos cuatro mil pesos que dejaste de pagar se te van a acumular a tu capital, entonces en lugar de deberme 50 mil pesos, por decir algo, ahora me debes 54 mil”, explicó el director de Condusef.
Agregó que lo que ganan los clientes de la banca al entrar a este programa, para lo cual tiene que tener una cartera vigente al 28 de febrero de 2020, es que ese dinero que iban a destinar al pago del crédito, ahora lo tendrán como liquidez para usarlo en otra cosa durante la contingencia sanitaria.
Otra ventaja es que en la práctica los bancos les reestructuran los créditos sin dar aviso a las sociedades de información crediticia, conocidas como Buró de Crédito, entonces sus clientes no quedan marcados como morosos ni les hacen recargos por el adeudo. “Es una tregua, como la de Mario Benedetti y después regresas a la cruda realidad”, manifestó.
Rosado Jiménez refirió que se va a hacer esta reestructura debido a que los intereses que se generen en esos cuatro o seis meses se van a repartir durante el plazo que le quede de vigencia al crédito, y también es posible que las instituciones bancarias den más plazos a sus clientes para cumplir con el adeudo.
“Estamos viviendo un problema de contingencia sanitaria y económica que afecta los ingresos de las personas y de las empresas, creo que es muy bueno un programa como éste, que te da una tregua de cuatro a seis meses que te permite encauzar el dinero a otras cosas, o bien, va a haber personas que van a tener pocos ingresos y con esos pocos ingresos, lo fundamental es sobrevivir”, subrayó.
El titular de Condusef recordó que son cinco tipos de créditos los susceptibles de recibir este apoyo: automotriz, personal, de nómina, tarjeta de crédito y microcrédito, e invitó a los usuarios a consultar las condiciones y términos que pone cada banca para acceder a estos apoyos.
Además, aconsejó a quienes puedan hacerlo: “si tienes liquidez, mejor paga.No le andes buscando, porque hay gente que está pensando: ‘van a condonar, no voy a pagar’. No es así, en primer lugar, no te van a perdonar nada, finalmente lo tienes que pagar, y si tienes liquidez y manera, mejor paga y olvida el tema”, agregó.
El dato: De las consultas de los usuarios que ha recibido el organismo en la última semana, 50% se refieren al programa de apoyo de los bancos.
Rosado señala que actualmente hay más de 20 millones de tarjetahabientes de crédito, pero aún es prematuro estimar cuántos cumplirán los requisitos para acogerse a este programa.
Este esquema de apoyos funcionará, dice, para aquellos acreditados que no tienen liquidez, pues les da un “respiro” para que puedan destinar el recurso con el que iban a pagar sus créditos a otra cosa como a la operación de sus negocios o “a sobrevivir”.
