Eleva a 2.9% estimación para 2023

Banxico recorta previsión de PIB de 3.2% a 2.4%

Tijerazo, por marcada debilidad en la actividad a finales del 2021, dice Rodríguez Ceja; prevé reducción de inflación, para alcanzar la meta en tercer trimestre de 2023

Victoria Rodríguez Ceja es la nueva Gobernadora del Banxico, desde el 1 de enero.
Victoria Rodríguez Ceja es la nueva Gobernadora del Banxico, desde el 1 de enero. Foto: Especial

El Banco de México (Banxico) ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento para la economía nacional de 3.2 a 2.4 por ciento en este año, pero para 2023 lo revisó ligeramente al alza, de 2.7 a 2.9 por ciento, aunque advirtió riesgos para la inflación y el sistema financiero internacional por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

La gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, informó que el banco central recortó el rango de avance para este año de entre 2.2 y 4.2 por ciento a uno entre 1.6 y 3.2 por ciento.

No obstante, mejoró el intervalo para el año próximo de entre 1.7 y 3.7 por ciento a otro entre 1.9 y 3.9 por ciento, agregó al encabezar por primera vez la presentación del “Informe trimestral”, correspondiente a octubre-diciembre de 2022.

Explicó que la revisión para 2022 responde, principalmente, a que la marcada debilidad de la actividad económica en el último trimestre de 2021, que mostró un estancamiento tras la caída observada en el tercer trimestre, condujo a una menor base de crecimiento para el año en curso a la esperada previamente.

No obstante, dijo, se anticipa que desde el primer trimestre del año la expansión económica retome una senda de crecimiento gradual, apoyada tanto por la demanda externa, como por la interna.

En su informe, el Banxico prevé que, de materializarse un crecimiento en 2022 cercano a la parte superior del rango; es decir, de 3.2 por ciento, la actividad económica recuperaría en el tercer trimestre el nivel observado al cierre de 2019.

En tanto, con un crecimiento cercano a la estimación puntual para 2022, de 2.4 por ciento, la recuperación ocurriría hacia el cuarto trimestre del año y con un crecimiento cercano a la parte inferior de los rangos, de 1.6 por ciento, el nivel observado al cierre de 2019 se lograría en el segundo trimestre de 2023.

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En su primera conferencia trimestral Rodríguez Ceja señaló que el Banxico continúa previendo una reducción en la inflación general a lo largo del 2022 y que converja a niveles cercanos a la meta de 3.0 por ciento en el tercer trimestre de 2023.

Esta trayectoria refleja la previsión de que los efectos de los choques de la pandemia sobre la inflación se vayan desvaneciendo, expuso la primera mujer en México en encabezar el banco central.

No obstante, precisó, considerando el complejo entorno, no se puede descartar la posibilidad de que ocurran nuevos choques ocasionando una revisión de la trayectoria pronosticada.

En cuanto al posible impacto del conflicto bélico de Rusia contra Ucrania, la gobernadora del Banxico estimó que pueden esperarse presiones al alza en los precios de los energéticos y de granos, como el trigo, ya que ambos países son grandes productores de esas materias primas.

Consideró que un conflicto prolongado tendría repercusiones negativas sobre la actividad económica en la región en aquellos países que se vean afectados por interrupciones en el suministro o incrementos en los costos de las materias primas.

“Todavía es prematuro poder dimensionar el impacto que pudiera tener este evento; sin embargo, estaremos muy atentos a cómo se dé la evolución del conflicto, dependerá de la duración y magnitud que pudiera tener”, añadió.

Por su parte, la subgobernadora Irene Espinosa opinó que, si bien el Banxico prevé que inflación empiece a descender a lo largo de este año, esto está sujeto a que no surjan nuevos choques, y consideró podría haber nuevas presiones inflacionarias por el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo cual dependerá de la duración y cómo se negocie.

El subgobernador Jonathan Heath, estimó que el conflicto bélico puede afectar la estabilidad financiera internacional y también representa un riesgo para la inflación, ante lo cual “se requiere una postura monetaria firme”.