En una decisión dividida y polémica, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) recortó en 25 puntos base la Tasa de Interés Interbancaria a un día, para dejarla en 10.75 por ciento. Votaron en favor del recorte Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez y Omar Mejía Castelazo, mientras que en favor de mantener la tasa en 11 por ciento votaron Irene Espinosa Cantellano y Jonathan Heath.
Después de la resolución del banco central, analistas y expertos se dijeron sorprendidos, ya que, derivado del reciente contexto macroeconómico y los altos niveles de inflación, no esperaban la reducción en el referencial.
Los integrantes de Banxico evaluaron el comportamiento de la inflación en México, sus determinantes y las expectativas que se tienen en ese rubro; además, tomaron en consideración los eventos impredecibles que han afectado al componente no subyacente y aseguraron que prevén que los efectos en la inflación general disminuyan en los próximos trimestres.
“La inflación general anual aumentó y se ubicó en 5.57 por ciento en julio ante el notorio incremento en el componente no subyacente, que es más volátil. La subyacente, que refleja de mejor manera la tendencia de la inflación, sumó en julio de 2024 dieciocho meses consecutivos de reducciones”, señalaron.
Otro factor que permitió que se redujera la tasa de interés fue el pronóstico de que el componente subyacente continúe contrayéndose. Los miembros de la Junta de Gobierno consideraron que si bien el “panorama inflacionario aún amerita una postura restrictiva”, el comportamiento que ha tenido la inflación indicaría que es adecuada la decisión de reducir la tasa de interés y ubicarla en 10.75 por ciento.
“Hacia delante, prevé que el entorno inflacionario permita discutir ajustes en la tasa de referencia. Tomará en cuenta la perspectiva de que los choques globales continuarán desvaneciéndose y los efectos de la debilidad de la actividad económica. Considerará la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria”, indicó la Junta de Gobierno.
Al respecto, Janneth Quiroz Zamora, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil de Grupo Financiero Monex, indicó que la decisión de Banxico fue sorpresiva, pues la inflación se había comportado de manera favorable y se anticipaba que la tasa bajara en agosto; sin embargo, con el dato del aumento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que se ubicó en 5.57 por ciento para julio, no consideró que se pudiera dar una decisión como ésta.
De acuerdo con la analista, la inflación general de julio, ha sido la más elevada para un séptimo mes, desde 1996, y la no subyacente, desde 1988, “ante esos datos nos pareció complicado que el Banco de México concretara el recorte”. La resolución de Banxico para la política monetaria es menos restrictiva y esto hará que no se logre reducir la inflación a la meta.
Para Citibanamex, el recorte a la tasa de interés fue una “decisión acertada, pero inconsistente… Consideramos que fue una decisión acertada dado el panorama macroeconómico, pero inconsistente en la forma en que justifican el recorte... En nuestra opinión, lo anterior y el tono ‘paloma’ del comunicado implican que la Junta optaría por hacer recortes continuos de 25pb en lo que queda del año, para cerrar en 10 por ciento”.
En ello, coincidió el Grupo Financiero Bx+, quien indicó que la inflación “no justifica todavía el ciclo de bajas, sólo ajustes tácticos”, pues ha aumentado, aunque con el menor crecimiento económico que tiene México, podrá reducirse.
José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, refirió que la decisión del Banxico repitió el error de marzo, “... en el sentido de que no es el momento propicio para reducir la tasa”.
Explicó que al recortar el interés se espera que las personas consuman bienes, y las empresas busquen invertir, además que también se pensaría que se pueden renovar hipotecas, pero en este momento no está sucediendo eso, porque las empresas no tienen la suficiente confianza para invertir y se ve reflejado en el comportamiento débil de la Inversión Fija Bruta; además, la expectativa del consumidor para adquirir bienes duraderos es muy baja, se encuentra en 30.7 puntos.
Martínez Cortés, señaló que el consumidor no quiere adquirir bienes porque la inflación no se lo permite, incluso la expectativa laboral no está en su mejor momento, y se debe tener en cuenta que agosto es un mes donde el ingreso se dedica al gasto escolar, “por lo tanto el consumidor le manda la señal al empresario de que no va a adquirir sus bienes manufactureros de consumo duradero y esto presionaría al Banco Central a que su tasa podría incrementar a finales de diciembre en caso de que la inflación no ceda”.
Inflación se acelera en julio, cierra en 5.57%
La inflación continuó sin dar tregua durante el séptimo mes del año, al cerrar en 5.57 por ciento a tasa anual, su nivel más alto, al menos, en los últimos 14 meses; presionada, principalmente por el componente no subyacente —el que considera los precios más volátiles como los del sector agropecuario o las tarifas de gobierno—, el cual acumula cinco meses consecutivos de crecimiento.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refirió que a tasa mensual, el índice de precios incrementó 1.05 por ciento respecto a junio pasado, nuevamente presionado por el aumento de los precios de las frutas y verduras como el jitomate y la cebolla, y de algunos servicios como el gas doméstico LP.
Con lo anterior, el índice no subyacente, o el que marca la tendencia de mediano y largo plazo, registró un alza de 10.36 por ciento anual, un porcentaje superior al 7.67 por ciento que registró en junio pasado.
Al interior de la inflación no subyacente, destaca que todos los subcomponentes se aceleraron, como los productos agropecuarios, los cuales registraron una inflación anual de 13.72 por ciento, explicado por una inflación anual en frutas y verduras de 23.55 por ciento y en productos pecuarios de 5.36 por ciento, mientras que los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno registraron una inflación anual de 7.31 por ciento, con una repunte en el INPC anual en energéticos de 9.17 por ciento y en las tarifas autorizadas de 3.42 por ciento.
De manera detallada, el Inegi refirió que el aumento de las frutas y verduras fue de 8.87 por ciento en julio respecto a junio y la tasa anual también alcanzó 23.55 por ciento. Esto debido al alza que tuvo el precio del jitomate, el cual llegó a costar 33.34 por ciento más frente al sexto mes del año; de la misma manera, la cebolla se encareció 25.08 por ciento, la naranja, 18.57 por ciento y el aguacate 17.01 por ciento.
Sobre los precios de los productos pecuarios, éstos repuntaron 1.41 por ciento, debido a que el huevo incrementó su costo en 3.67 por ciento durante julio; mientras que la carne de cerdo costó 4.77 por ciento más que en junio.
Por el contrario, la inflación subyacente continuó bajando por décimo octavo mes consecutivo, pues en julio pasó de 4.13 a 4.05 por ciento. Este resultado se debió, principalmente, por la desaceleración en los precios de las mercancías, que bajaron a 0.12 por ciento mensual y 3.09 por ciento anual, acumulando 20 meses a la baja en términos anuales.
Sin embargo, la inflación de servicios volvió a crecer en el mes a 0.55 por ciento y 5.22 por ciento respecto a julio del año pasado. Al interior de esta, las mayores presiones se mostraron en el precio de la vivienda propia que aumentó 0.34 por ciento en el mes, así como de las fondas, loncherías y taquerías, que subieron sus costos 0.62 por ciento en el mes.
PANORAMA. Luego de que se dio a conocer el incremento del INPC, analistas señalaron que la tendencia reductiva del componente subyacente ha ayudado a que la inflación general no se dispare; no obstante, preocupa que en los últimos meses ésta ha crecido y se encuentra en niveles elevados con riesgo de seguir alejándose del objetivo del 3.0 por ciento.
“Del componente subyacente preocupa la volatilidad del tipo de cambio, que podría generar presiones al alza sobre los precios de las mercancías y que la inflación del sector servicios siga presionada al alza”, comentó Banco Base.
Explicó que, además, existe otro factor que puede hacer rebotar aún más la inflación al consumidor y es el hecho de que en julio también el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) aumentó 0.71 por ciento respecto al mes previo. Con esto, el INPP registró una variación anual de 5.46 por ciento, “la mayor tasa desde noviembre del 2022, con lo que se tiene aún más evidencia de una clara tendencia al alza en los precios, que podría reflejarse en una mayor inflación al consumidor”, dijo.
Analistas del Banco Bx+ consideraron que las cifras de los últimos meses, la depreciación cambiaria y la latencia de riesgos sobre el panorama de la inflación harán que ésta cierre en 4.90 por ciento, mientras que Banco Base pronostica que llegará a 4.95 por ciento a finales del año. Por el contrario, especialistas de Citibanamex anticipan que la inflación bajará a 4.40 por ciento.
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FGR