La actividad económica del país atraviesa por un “periodo de marcada debilidad”, por lo que el Banco de México (Banxico) redujo su expectativa de crecimiento económico para el cierre de este año, de 2.4 por ciento, estimado previamente, a 1.5 por ciento en el pronóstico actual; para el próximo año el banco central también redujo la estimación del Producto Interno Bruto (PIB), de 1.5 a 1.2 por ciento.
“La actividad económica de nuestro país estuvo marcada por una debilidad que ha exhibido desde finales del año pasado, la inflación general en México se incrementó por el aumento notorio en la inflación no subyacente como hemos podido ver y en contraste la inflación subyacente siguió disminuyendo debido a que se han continuado desvaneciendo los efectos de los choques globales que hemos visto en este episodio y también ante la postura monetaria restrictiva que ha adoptado el Banco de México”, aseveró Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México (Banxico) .
En su Informe Trimestral abril-junio 2024, el Banxico señaló que esta contracción se debe a que la demanda externa seguirá mostrando una baja contribución al crecimiento en México durante 2024, ante la expectativa de que persista la debilidad en el sector manufacturero en Estados Unidos.
“Para 2024 en su conjunto, los pronósticos elaborados por organismos internacionales apuntan a que la tasa de crecimiento de la actividad económica mundial podría ser marginalmente menor a la registrada en 2023”, destacó.
La gobernadora de Banxico detalló que la actividad económica de México, en el segundo trimestre del año registró un bajo dinamismo, que hizo que el PIB creciera apenas 0.16 por ciento en comparación con el trimestre anterior, debido a que los grandes agregados económicos se desaceleraron.
Las actividades primarias (agricultura y ganadería) afectadas por eventos climatológicos tuvieron un retroceso; las secundarias (manufactura e industria), a pesar de que en trimestres anteriores mostraron mejoría, se mantuvieron sin fuerza, en gran medida porque la manufactura que “acumuló cuatro trimestres consecutivos con contribuciones negativas al margen”, y respecto a las industrias, la producción que se destina al mercado interno y externo cayó. Aunque resaltó que la construcción sí se aceleró, debido a la “expansión” de la edificación industrial, comercial y de servicios; sin embargo, la minería tuvo una contracción.
Por su parte, las actividades terciarias (servicios) mostraron una desaceleración si se compara con el ritmo del año pasado, pero con un desempeño heterogéneo de todos lo sectores, por ejemplo: el comercio al por mayor contribuyó a la desaceleración, para Banxico, el comportamiento de éste se relaciona con la debilidad de la actividad industrial; servicios que tienen relación con el consumo también incidieron en la contracción como el comercio al por menor y los servicios de alojamiento temporal, no obstante, servicios de transportes y correos ayudaron al crecimiento.
“El mercado laboral siguió mostrando fortaleza, aunque con señales de moderación. Las tasas de desocupación nacional y urbana siguieron en niveles históricamente bajos. Sin embargo, la tasa de participación laboral y la razón de ocupación a población en edad de trabajar retrocedieron respecto del trimestre anterior”, indicó el banco central.
En este sentido detalló que el intervalo para el crecimiento esperado del PIB para el año se ajusta a uno de entre 1.1 y 1.9 por ciento, intervalo que se observa más estrecho que el del Informe previo dada la mayor información disponible.
Rodríguez Ceja señaló que existen factores que pueden incidir en una menor estimación de crecimiento en México, como que la economía estadounidense también se contraiga, que los procesos electorales a nivel global generen incertidumbre o políticas que “incidan adversamente sobre la economía y que el gasto público dé un menor impulso sobre la actividad económica que el anticipado”.
Dichos factores también incidieron en una disminución en la estimación de crecimiento económico para el próximo año, al pasarla de 1.5 por ciento en la perspectiva previa a 1.2 por ciento en el actual reporte, con un intervalo para la variación del PIB esperada para ese año que se ajustó a entre 0.4 y 2.0 por ciento.
Respecto a la inflación general, la gobernadora recordó que entre el primer y segundo trimestre del año en curso se incrementó de 4.57 por ciento a 4.77 por ciento, llegando en julio a 5.57 por ciento, debido a que el índice no subyacente (el que contempla los precios más volátiles) incrementó, para más adelante descender a 5.16 por ciento.
Explicó que la inflación no subyacente aumentó de 4.31 por ciento en los primeros tres meses del año a 6.46 por ciento en el segundo trimestre de 2024 e incluso alcanzó 10.36 por ciento en julio, por el aumento de los precios del gas LP, frutas y verduras. Aunque en los primeros días de agosto disminuyó a 8.80 por ciento.
Para el caso de la inflación subyacente, Banxico aseguró que siguió bajando, pues entre el primer y segundo trimestre de 2024, pasó de 4.65 a 4.23 por ciento, para llegar a 3.98 por ciento en los primeros 15 días de agosto; también la inflación en las mercancías se contrajo, pero la de los servicios siguió al alza y sin “presentar señales claras de disminución”. Banxico previó que, si la inflación subyacente disminuye y los factores impulsan el aumento de la no subyacente dejan de presionar, el índice general puede llegar a la meta de 3.0% a finales de 2025.
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FGR