La onceava edición de El Buen Fin se llevará a cabo en medio de claroscuros, donde por una parte el Gobierno ha establecido estrategias para contener el alza de precios, pero al mismo tiempo promueve el gasto que no servirá para reactivar la economía, ni apoyar al comercio local, pero sí engrosará el bolsillo de las grandes firmas, cadenas comerciales, departamentales y de autoservicio, según aseguran especialistas.
Así, El Buen Fin se convierte en un “flagelo” para la inflación, ya que, si bien el indicador continúa en niveles altos, en la primera quincena de octubre se moderó al situarse en 8.53 por ciento, pero expertos consideran que las compras excesivas de los próximos días podrían nuevamente incrementarla.
A ello se suma el alto riesgo que existe de miles de fraudes a través de las compras de comercio electrónico; de hecho, en esta edición 2022, se estima que las pérdidas por este ilícito derivado de los pagos digitales superarán los mil millones de pesos, cifra registrada durante la edición del 2021, reveló el CEO de Hola Cash, Leonardo Estrada.
En entrevista con La Razón, alertó que los comercios mexicanos que venden a través de mecanismos electrónicos podrían exponerse mucho durante este Buen Fin, lo que les causaría pérdidas calculadas hasta en mil trescientos millones de pesos, por concepto de fraudes digitales y contracargos.
El directivo de Hola Cash destacó que 4 de cada 10 transacciones de pago en línea son intentos de fraude, obstaculizando así el desarrollo del e-commerce en México y encendiendo las alarmas en momentos cuando se registra un alza en la demanda, como sucede naturalmente en El Buen Fin.
Leonardo Estrada refirió que de acuerdo a la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en la edición de El Buen Fin 2021, las compras en línea representaron un 16.5 por ciento de las ventas totales, sumando más de 31 mil millones de pesos.
Abundó que, a través de la inteligencia digital antifraude de Hola Cash es posible reducir la probabilidad de caer en este delito de 3.5 por ciento, que es la tasa nacional, a 0.56 por ciento, la más baja del mercado.
En tanto, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) prevé que el comercio electrónico aporte el 20 por ciento de las ventas totales, gracias a la progresiva digitalización de las empresas en México.
Sin embargo, el CEO de Hola Cash acotó que dicho crecimiento del comercio electrónico ocurre en un contexto en donde la tasa de fraude promedio a nivel nacional es del 3.5 por ciento.
“Este escenario exige a los negocios actuar para evitar pérdidas, asistiéndose de herramientas y plataformas que neutralicen los intentos de defraudación.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, aseguró que El Buen Fin será un flagelo más para la inflación, ya que tenderá a aumentar la tasa, por lo que afirmó que de ninguna manera esta estrategia servirá para reactivar el comercio en pequeño.
Son dos caras opuestas, dijo, por un lado el Gobierno implementa programas como el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic) y el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (Apecic) para contener los precios altos, ante un “consumo social vapuleado, una microeconomía que no logra despegar, y al mismo tiempo impulsa estrategias para el consumismo”.
Consideró que el Buen Fin es sólo una campaña de consumo “suntuario”, porque el consumidor promedio en México está entre dos versiones: o es austero, con sólo el consumo esencial y haciendo compras inteligentes, o se gasta sin control y contratando deudas con tarjetas de crédito.
“El mensaje que está enviando el Gobierno federal es: endrógate con la tarjeta, muérete pagando o no importa que no la pagues; por eso es que muchos jugadores se han bajado de El Buen Fin, porque ya ha dejado mucho que desear y es una mala copia del viernes negro de Estados Unidos”, aseguró.
Dijo no comprender por qué el Gobierno mexicano insiste en una estrategia para la supuesta reactivación de la economía interna, a través del consumo artificial, “cuando lo prioritario es ordenar, fortalecer, promover y garantizar el consumo básico, antes que el suntuario”.