Los efectos del Covid-19 a la economía mexicana ya se ven. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en la estimación oportuna del Producto Interno Bruto para todo 2020 se registró una caída de 8.5 por ciento, generado principalmente por el desplome en la industria ante los cierres forzados por la pandemia.
Esta cifra también es histórica, pues es la peor desde 1932, durante la Gran Depresión, de acuerdo con cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al respecto, César Salazar López, coordinador de Análisis Macroeconométrico de la UNAM, advirtió que la recuperación no se dará hasta dentro de tres o cuatro años, para alcanzar los niveles que se tenían en 2019 antes de la llegada del virus.
“A estas alturas del partido la caída no fue tan grave, teníamos la expectativa de que podía ser entre 9 y 10 por ciento, entonces no fue tan pronunciada como esperábamos, sin embargo, no deja de ser un dato muy malo, es la peor caída, pero no sé ve reflejada en altas tasas de desempleo, el impacto más importante es en la precarización de las condiciones laborales”, puntualizó.
A estas alturas del partido la caída no fue tan grave, teníamos la expectativa de que podía ser entre 9 y 10 por ciento; sin embargo, no deja de ser un dato muy malo, es la peor caída, pero no sé ve reflejada en altas tasas de desempleoCésar Salazar López, Coordinador de Análisis Macroeconométrico de la UNAM
En entrevista con La Razón, el especialista señaló que en 2020 la actividad económica cerró a buen ritmo en el contexto de la pandemia, lo que permitirá, de acuerdo con los pronósticos, que este año se crezca a un ritmo de entre 3 y 4 por ciento.
En tanto, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, detalló que el desplome de 8.5 por ciento se derivó de la llegada del Covid-19, pero también por una tendencia a la baja que ya se venía dando.
“La industria retrocedió más de 10 por ciento y el comercio 7.5 por ciento. Estamos esperando que la recuperación se logre dentro de tres o cuatro años, en 2023, 2024 o quizá hasta 2025, para que México logre el Producto Interno Bruto que tenía en 2019”, indicó.
Explicó que el principal factor para lograr dicha recuperación, es que haya un aumento en la inversión y en proyectos de infraestructura, mientras que los elementos que podrían prolongar aún más la recuperación “sería que el Covid volviera a salirse de control, que rebasara nuevamente al Sector Salud e implicara confinamientos más estrictos, o bien, que le quitaran a México el grado de inversión”, añadió.
Al revisar el nivel histórico del PIB que dio a conocer el Inegi, se observa que 2021 inició con los niveles de producto interno que tenía a inicios de 2016, es decir, un retroceso de cinco años. Además, el país hila dos años de contracciones en su economía.
A la incertidumbre sobre el crecimiento económico, debe sumarse el agotamiento de los fondos emergentes que permiten paliar una caida como la que se tuvo en 2020, pero cuyos recursos pasaron de 158 mil 543 millones en 2019 a 9 mil 497 millones al cierre de 2020.
La industria retrocedió más de 10 por ciento y el comercio 7.5 por ciento. Estamos esperando que la recuperación se logre dentro de tres o cuatro años, en 2023, 2024 o quizá hasta 2025, para que México logre el Producto Interno Bruto que tenía en 2019José Luis de la Cruz, Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico
Al respecto, César Salazar recordó que hay varios fondos, entre ellos el Fondo para Estabilizar los Ingresos Fiscales que se formó con recursos de excedentes petroleros, pero además están los recursos que se obtuvieron mediante la extinción de 109 fideicomisos, “dinero que también fue utilizado”, por lo que para 2021, será difícil obtener esos recursos.
“Durante 2020 las autoridades hacendarias han recurrido a los ahorros y a los fondos de estabilización para contrarrestar la caída en los ingresos, pero este año el Gobierno ya no va a tener esos ahorros; en 2021 ya no se contará más con dichos fondos de estabilización, y aunque se prevén escenarios más optimistas de crecimiento y recaudación respecto a 2021, prevalece la incertidumbre respecto a la reactivación total de la actividad económica porque, en caso de no cumplirse la estrategia de recaudación, las finanzas públicas nacionales afrontarán la existencia de un boquete presupuestario”, advirtió.