Los efectos de la pandemia de Covid-19 se resintieron en la economía mexicana que ya venía arrastrando una recesión a finales de 2019, por lo que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) previó que será hasta 2024 cuando la economía regrese a los niveles observados en 2018.
Durante su participación en el “Decálogo para la Refundación Económica-Empresarial de México”, organizado por el EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, Carlos Salazar Lomelín, presidente del CCE, expresó que está “convencido” de que el país tiene todo para ser una nación con mayor bienestar; sin embargo, las cifras observadas reflejan una realidad muy pesimista.
“Con las cifras del país te das cuenta de una realidad que es enormemente pesimista. Al final de estos seis años de Gobierno, si sumas lo que los analistas dicen con lo que vamos a terminar el 2020, más lo que pasó en 2019, en 2024 estaríamos recuperando el tamaño económico de lo que tuvimos en 2018”, sostuvo.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que en 2018 la economía cerró con un crecimiento de 2.0 por ciento y para 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 0.1 por ciento.
En línea, la calificadora Standard & Poor’s (S&P) revisó ayer su estimado de crecimiento económico para el cierre de 2020 a un nivel de -10.4 por ciento desde un nivel previo de -8.5 por ciento.
La estimación de la agencia de calificación se suma a la de Fitch y Moody’s que ven una contracción de 10.8 y 10.0 por ciento, respectivamente.
La contracción en la estimación se explica, señala, por el retroceso en la expansión económica observado en el segundo trimestre del año.
Coincidió con el CCE, al asegurar que México y Argentina podrían registrar niveles similares a la prepandemia hasta fines de 2023 e inicios de 2024.
En suma, afirmó que aún se espera que México tenga una de las recuperaciones más débiles de los países emergentes derivado del Covid-19. “La economía ya tenía debilidades estructurales antes de la pandemia, con una leve contracción en 2019 debido a la dinámica desfavorable de inversión”.
Para la firma, los pocos apoyos otorgados por el Gobierno federal a raíz de la crisis sanitaria, los cuales no rebasan el 1.0 por ciento del PIB, son un factor importante a considerar para esta estimación.
Al respecto, Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (Banxico), sostuvo que la economía mexicana se encuentra en una etapa de recuperación después de la profunda contracción que registró en abril y mayo a causa de la pandemia; no obstante, con incertidumbre sobre su dinamismo hacia adelante.
“Esta primera etapa ha sido de rebote y de inflexión asociada a este regreso a la actividad productiva, y la gran pregunta es ¿cuál será el vigor y el dinamismo que tengan la demanda agregada?”, agregó entrevista con Banorte.
Refirió que la economía mexicana está en etapa de recuperación después de la profunda contracción que vivió, en abril y mayo, y encontró una inflexión en los datos de junio, la cual también se confirmó con los datos de julio pasado.
Dijo que la tendencia de recuperación tiene dos etapas. La primera es inmediata y de cierto rebote y la segunda, más retadora, pues está relacionada con las afectaciones permanentes.
Ingresos presupuestarios se recuperan 14.6% anual
En línea con el proceso de recuperación que muestra la economía mexicana, los ingresos presupuestarios se recuperaron 14.6 por ciento en agosto de 2020 respecto a igual mes del año pasado, luego de 4 meses de contracción anual a causa del Covid-19.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que este repunte obedeció al crecimiento de 21.8 por ciento en los ingresos no petroleros, en particular por el IVA, que aumentaron 14.2 por ciento real anual, después de tres meses presentando disminuciones.
En contraste, los ingresos petroleros ligaron siete meses a la baja, al registrar una contracción de 28.1 por ciento anual.
Así, los primeros ocho meses del año los ingresos presupuestarios del sector público retrocedieron 2.3 por ciento, con respecto a igual periodo de 2019, al ubicarse en tres billones 508 mil millones de pesos y, a su interior, los ingresos cayeron 38 por ciento y los no petroleros aumentaron 4.3 por ciento.