Con la pandemia y, posteriormente, la persistente inflación que se desató a principios del 2021, particularmente en el rubro de alimentos, muchos hogares modificaron sus hábitos de consumo y redujeron gastos en segmentos como salones de belleza, aunque no necesariamente en productos de cuidado personal.
Si bien los mexicanos mantienen una visita relativamente constante a estos lugares para arreglarse el cabello y las uñas, entre otros servicios, la asistencia mostró una desaceleración en los últimos meses, según un sondeo que realizó La Razón.
“Los consumidores gastan más en alimentos, porque la inflación aún sigue muy alta. Luego le dan prioridad a servicios, para divertirse, dejando de lado otros rubros”, comentó Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
Sin embargo, el impacto no es homogéneo, pues mientras el decil I (bajos ingresos) destina 50 por ciento de sus recursos a alimentos y bebidas, el decil X (altos ingresos), apenas 28 por ciento.
Carla trabaja en una estética al sur de la CDMX. Asegura que sus clientes más frecuentes ahora visitan menos el lugar. “Por lo que me dicen, es un por un aspecto económico”. Además, añade, muchas mujeres, por ejemplo, ahora prefieren comprar el tinte y aplicarlo en casa.
Esto último se refleja en el creciente gasto de productos de belleza y cuidado personal, el cual se espera aumente de 8.83 mil millones de dólares en el 2023 a 10.90 mil millones en el 2028, según un estudio de Mordor Intelligence.
Los consumidores gastan más en alimentos, porque la inflación aún sigue muy alta. Luego le dan prioridad a servicios, para divertirse y entretenerse, dejando de lado otros rubrosGabriela Siller, Economista en jefe de Banco Base
“Una clienta venía hasta cinco veces al mes para peinado, luces, tinte, manicure y demás; sin embargo, ahora viene tres veces a lo mucho, porque dice que todo está muy caro”, comenta Carla.
Según datos del Banco de México, el número de operaciones con tarjetas de crédito y débito en salones de belleza creció 19.9 por ciento en el primer semestre del año, con respecto a igual periodo del 2022. Sin embargo, la cifra es menor a los dos años previos, cuando aumentó 33.1 y 26.1 por ciento, respectivamente.
Cuando se ve por monto gastado, éste creció 13.4 por ciento en términos reales en el primer semestre, también una cifra menor a la observada en el 2021 (37 por ciento) y 2022 (20.2 por ciento).
“Después de la pandemia, cuando todo se empezó a regularizarse, aumentó mucho el trabajo; sin embargo, desde hace un año, aproximadamente, los clientes empezaron a reducirse”, comenta Aurora, quien trabaja en una estética en la delegación Coyoacán.
En su opinión, esto obedece a que la vida está más difícil, a que las personas van menos a su centro de trabajo y la mayor competencia. “Antes la gente venía en cualquier día de la quincena, ahora tengo trabajo la primera semana después de que cobran, después, baja mucho, y es esperar otra vez la quincena”, comenta.
Susana es empleada en un centro de belleza dentro de una plaza comercial en la delegación Tlalpan. Entre los servicios que da el lugar están también masajes y faciales. Ella asegura que, primero, fue la pandemia y el miedo a ser contagiado, pero ahora el consumidor va menos al negocio porque no le alcanza. “Sí hay gente, vienen porque les gusta invertir en su persona, pero sí hemos visto menor actividad en los últimos meses”, señala.
Héctor Magaña, analista del Tec de Monterrey, comenta que los hábitos de consumo se modificaron desde la pandemia, pero, dijo, este cambio se intensificó con el aumento en la inflación.
“La gente atiende lo prioritario, como son los alimentos, y luego otras cosas, por eso se ha visto una baja en este tipo de actividades”, añade.
