El incremento en los precios de la canasta básica muestra signos de desaceleración; sin embargo, analistas aseguran que persisten las presiones inflacionarias en el país y consumidores consideran que están “imparables”.
En la primera quincena de agosto, la inflación de la canasta básica registró una variación anual de 8.2 por ciento, según Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que cita datos de la Procuraduría Federal del Consumidor.
La cifra está muy por debajo de lo observado en el mismo periodo del 2022 (15.3 por ciento) y es similar a lo registrado en el 2020 (8.3 por ciento), antes de que se registraran las mayores presiones en precios.
Lizbeth Ramírez, consumidora, considera que lejos de disminuir los precios, los productos básicos, como aceite y arroz, han aumentado su precio desde 2020 a la fecha; “antes compraba un litro de aceite en 30 o 35 pesos, hoy está en más de 80 pesos”, dijo.
Analistas aseguran que el ritmo de los incrementos tocó su pico y que continuará descendiendo en los siguientes meses, pero descartan que llegue a los niveles registrados en 2018 y 2019, cuando se observaron variaciones anuales cercanas a 3 por ciento.
La investigadora de Análisis Económico de la organización México, ¿cómo vamos?, Brenda Flores, afirmó que el aumento de precios en la canasta básica habría tocado su pico en abril de este año, para empezar a disminuir en lo su sucesivo. Ese mes, dijo, habría sido el último con alzas mayores a 10 por ciento (10.9 por ciento), para disminuir, a partir de mayo, a un solo dígito (9.8 por ciento).
Sin embargo, en entrevista con La Razón, dejó en claro que los incrementos no se detienen y aún están considerablemente por arriba de la inflación general.
La especialista detalló que el costo de la canasta alimentaria rural en julio del 2020 era de mil 287.59 pesos y para julio de este 2023 subió a mil 673.74 pesos. Para el caso de la canasta urbana, el valor pasó de mil 688.77 pesos a dos mil 192.71 pesos. En ambos casos, el alza es cercana a 30 por ciento.
Rosalba Amezcua, otra consumidora, dijo que, en su última compra, el ticket de los productos básicos que adquirió fue de mil 354 pesos, cuando hace tres años compraba prácticamente lo mismo por alrededor de 800 pesos: “Todo sigue por las nubes, cada que vengo al súper nos llevamos una sorpresa”.
Incrementos al triple
En entrevista por separado, el country manager de Kantar México división Worldpanel, Francisco Luna, señaló que la consultoría lleva a cabo un análisis y seguimiento de 115 productos de consumo diario que conforman diversas categorías.
Tal es el caso de champús, detergentes para ropa, suavizantes, lácteos y alimentos procesados, como atún y harinas de trigo, por mencionar algunos.
“Al analizar el precios de estas categorías, encontramos que en el trimestre de abril-junio de este año tuvimos uno de los mayores incrementos de precios registrados desde que llegó el periodo de altas tasas de inflación”, subrayó.
Indicó que el aumento de precios de la canasta de productos analizados fue de 14.8 por ciento durante el segundo trimestre del año, lo cual equivale a prácticamente el triple de la inflación general registrada en junio, cuando se colocó en 5.06 por ciento anual.
El experto informó que la canasta de alimentos procesados registró los aumentos más altos, con 16.4 por ciento en el periodo de referencia.
Durante el mismo lapso, otras canastas, como cuidado personal, aumentaron 15.8 por ciento; cuidado del hogar, 13.5 por ciento; bebidas no alcohólicas, 14.8 por ciento, y de los más bajos fueron lácteos, con un aumento de 12.9 por ciento, “pero aun así está muy por encima de la inflación de ese periodo”.
No obstante, destacó que, a pesar de que persisten las presiones inflacionarias en el país, el consumo se mantiene en terreno positivo, toda vez que el volumen de las compras creció 2.2 por ciento de abril a junio de este año. De hecho, algunos analistas estiman que crezca más de 3 por ciento en 2023.