Durante el primer trimestre del año, el crecimiento económico de Estados Unidos registró un avance de 1.6 por ciento, menos de lo esperado para este periodo, mientras que una aceleración de la inflación sugirió, además, que la Reserva Federal (Fed) no recortará las tasas de interés antes de septiembre.
La Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de la nación vecina señaló que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), impulsado principalmente por el gasto de los consumidores, quedó por debajo de lo que los economistas encuestados por Reuters habían previsto, ya que estimaban una expansión del PIB del 2.4 por ciento, con estimaciones que oscilaban entre el 1.0 y 3.1 por ciento.
En suma, la economía estadounidense creció por debajo del 3.4 por ciento que obtuvo en el cuarto trimestre del año pasado; aunque se está expandiendo a un ritmo superior a lo que los funcionarios del banco central estadounidense consideran la tasa de crecimiento no inflacionaria del 1.8 por ciento.
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su previsión de crecimiento de Estados Unidos para 2024 al 2.7 por ciento desde el 2.1 por ciento previsto en enero, citando un empleo y un gasto de los consumidores más fuertes de lo esperado. El aumento del empleo en el primer trimestre fue de un promedio de 276 mil puestos de trabajo al mes, frente al promedio de 212 mil del trimestre octubre-diciembre.
La economía ha desafiado las profecías catastróficas desde finales de 2022, tras la agresiva campaña de subidas de tasas de la Fed para aplacar a la inflación.
Estados Unidos está superando a otras economías avanzadas. Según los economistas, los consumidores consiguieron tasas hipotecarias más bajas, mientras que las compañías refinanciaron su deuda antes de que comenzara el ciclo de endurecimiento.
Mercados pierden. Luego de que se publicaran los datos del PIB estadounidense, el mercado de capitales cerró la sesión con pérdidas, el Dow Jones tuvo una pérdida de 0.98 por ciento, mientras que el Nasdaq Composite cayó 0.64 por ciento y el S&P 500 también registró un retroceso de 0.46 por ciento.
En México, la moneda nacional se depreció 0.74 por ciento, siendo la divisa con mayor pérdida, pues tuvo una caída de 12.6 centavos, y cerrar la sesión en 17.20 pesos por dólar, con el tipo de cambio tocando un mínimo de 17.0218 y un máximo de 17.3885 pesos por billete verde.
Otras principales divisas también se depreciaron como fue el caso del sol peruano que perdió 0.60 por ciento, el shekel israelí, descendió 0.56 por ciento; el peso colombiano, con una baja de 0.41 por ciento; el won surcoreano, con 0.39 por ciento; o el yen japonés, con 0.19 por ciento, éste último alcanzando una cotización de 155.75 yenes por dólar, siendo la cifra máxima alcanzada desde el 25 de junio de 1990.