En la última década aumentó la población de México, pero también se duplicó la deuda per cápita, ya que en promedio cada uno de los 126 millones 014 mil 024 mexicanos deberían aportar 95 mil 913 pesos para pagar el total de la deuda pública acumulada al cierre de 2020, cifra superior en 123.8 por ciento respecto a los 42 mil 846 pesos que habrían tenido que cubrir en 2010.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda, ascendió a 12 billones 086 mil 377.2 millones de pesos, monto equivalente a 52.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Hace una década, cuando la población era de 112 millones 336 mil 538 habitantes, cada mexicano habría tenido que contribuir con 42 mil 846.3 pesos para cubrir el saldo total de la deuda, que entonces sumaba cuatro billones 813 mil 210.5 millones de pesos, lo que era igual a 36 por ciento del PIB.
El monto de la deuda pública en 2020, medida por el SHRFSP, fue mayor a los 10 billones 870.0 mil millones de pesos de la deuda pública en 2019, cuando representó 44.5 por ciento del PIB, es decir, 7.7 puntos porcentuales más, a pesar de que el Gobierno mexicano ha sido de los que menos apoyo fiscal ha destinado para hacer frente a la pandemia de Covid-19.
El subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Gabriel Yorio González, destacó que en 2020 México no utilizó deuda adicional a la aprobada por el Congreso, la cual fue avalada en un escenario que no consideraba la pandemia que se sigue experimentando.
Resaltó que, al contrario de otros países de ingresos medios, México inicia 2021 en una posición más sólida en términos de finanzas públicas.
“Con esto tenemos un nivel de endeudamiento como porcentaje del PIB que no pone en riesgo la estabilidad ni la recuperación, al no incrementar el costo financiero y evitar el pago de intereses adicionales que presionen el presupuesto en los próximos años”, agregó en videoconferencia el viernes pasado.
Explicó que 50 por ciento del aumento de la deuda del sector público, de 44.5 por ciento en 2019 a 52.2 por ciento del PIB en 2020, fue por el efecto de la depreciación del peso y la caída de la economía, estimada en 8.5 por ciento.
El investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, César Salazar, señaló que la visión de no endeudar a las generaciones futuras no contempla que se deja morir “de inanición a las generaciones presentes”.
Aseveró que en medio de una recesión la contratación de deuda es un salvavidas a la economía, porque si el gasto privado está deprimido, el público puede echar andar la actividad productiva.
“En momento de crisis lo que más se necesita son proyectos que generen empleos y una derrama económica adicional. Hace falta repensar las finanzas públicas con el propósito de tener una mayor capacidad de recaudación con una reforma fiscal. El apoyo fiscal en el contexto de crisis era vital para que México no tuviera la peor contracción económica en 2020”, afirmó el analista en entrevista con La Razón.
Para que se pueda regresar a niveles de deuda previos a la pandemia, indicó Salazar, será necesario que la economía retome su rumbo, contemplado en hasta cuatro años por analistas. La economía de los mexicanos podría tardar más tiempo, incluso hasta 2027, como lo previó BBVA México.
Analistas e instituciones privadas recomendaron al Gobierno federal incrementar la deuda pública para otorgar apoyos fiscales que disminuyeran el impacto negativo de la pandemia de Covid-19, pero las autoridades continuaron con su política de no endeudamiento.
México es la segunda economía que menos apoyo fiscal otorgó en América Latina, con 1.1 por ciento del PIB, sólo detrás de Jamaica, que destinó 0.9 por ciento. Perú, Brasil y Bolivia destinaron 15.5 por ciento, 14.7 por ciento y 10.4 por ciento, respectivamente.