No se pueden obviar temas como la seguridad, dice

Economía nacional dio una sorpresa positiva en 2022: Moody’s

Renzo Merino, analista senior de la firma, señala que el consumo impulsó la expectativa de crecimiento; inversión, preocupación, pese a Nearshoring

Renzo Merino, Analista Senior de Moody’s.
Renzo Merino, Analista Senior de Moody’s. Foto: Especial

Se prevé que la economía mexicana registre un crecimiento de 3.0 por ciento al cierre de este año, un nivel superior a lo que estimaban algunas instituciones financieras a mediados de este 2022, lo anterior debido a factores positivos como un mayor consumo, una recuperación que no se ha detenido y un aumento de las exportaciones.

Aunque en su conjunto estos factores han generado una mejoría en la expansión del país, existen otros componentes que son potencialmente dañinos para el crecimiento económico: el primero es el ritmo lento que se observa en la inversión, los problemas de inseguridad; y para el siguiente año la posible recesión de Estados Unidos, que podría golpear a las exportaciones mexicanas.

En entrevista con La Razón, Renzo Merino, vicepresidente-Analista Senior de Moody’s, mencionó que, para la calificadora, la economía mexicana se comportó a manera de un círculo, primero con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estimado en 3.0 por ciento, para dar paso a una corrección a la baja, derivado de una débil expansión en 2021.

A mediados de este año la calificadora de riesgo redujo la nota crediticia del país a Baa2; sin embargo, mejoró la perspectiva de negativa a estable. Esto, señaló Merino, se debió a diferentes desafíos que va a enfrentar la economía mexicana como las presiones económicas e inflacionarias, el manejo de la macroeconomía y el T-MEC.

En cuanto a nivel de actividad en este 2022, la economía mexicana ha sido una sorpresa positiva, dentro del conjunto de mercados emergentes se ha caracterizado por su estabilidad, los números de deuda, el peso estable, etc.
Renzo Merino, vicepresidente-Analista Senior de Moody’s

¿Cómo observa la trayectoria de la economía nacional? Este 2022 pareciera que íbamos en un círculo, nosotros empezamos el año pensando que la economía se iba a expandir en alrededor de 3.0 por ciento, luego con la información del cierre del 2021 que fue relativamente mala nos preocupó al punto que revisamos nuestros pronósticos por debajo del 2.0 por ciento; los primeros meses mostraron la continuación de dinámicas negativas que se vieron a finales del año pasado, al punto de revisarlo más cercano al 1.0 por ciento. En el segundo trimestre y algunas dinámicas del tercer trimestre vemos que la economía se ha comportado mejor de lo que esperábamos y es muy probable que el crecimiento termine cercano a ese 3.0 por ciento que estimamos en enero.

¿Por qué? La lectura inicial se le dio más allá de la debilidad que veíamos en México hacia el cierre de 2021, las dinámicas negativas que se veían en Estados Unidos no afectaron relativamente a México, tradicionalmente hubiera sido el caso, lo que se dio fue que, a pesar de los números negativos de esa nación, hubo mucha demanda de las exportaciones mexicanas. Otro elemento a considerar es que el proceso de recuperación pospandemia en el caso de México, todavía se ha mantenido y eso se ha reflejado en el consumo de los hogares, en particular los servicios.

Lo que estamos observando en el T-MEC es que hay disposición de diálogo, yo creo que el escenario base es que haya una resolución, de no ser el caso, crearía incertidumbre y podría ser un factor que pese en 2023 y 2024
Renzo Merino, vicepresidente-Analista Senior de Moody’s

¿Considera que la economía dio una sorpresa? En cuanto al nivel de actividad en el 2022 ha sido una sorpresa positiva, dentro del conjunto de mercados emergentes se ha caracterizado por su estabilidad, los números de deuda en el contexto de la pandemia no se incrementaron tanto como otros países, el peso ha estado estable y las autoridades se han comportado en cuanto al manejo fiscal y monetario del país, de una manera congruente para mantener la estabilidad macroeconómica.

¿Qué puede frenar esta expectativa de crecimiento? Hay una contraparte que sigue siendo un tema de preocupación para Moody’s, no sólo en el corto, sino en el mediano plazo y está relacionado con la inversión, la cual sí se está dando, pero a un ritmo bastante menor a lo que se esperaría, teniendo en cuenta el potencial del Nearshoring y lo que puede implicar para el país. Para que la inversión pueda alcanzar apenas los niveles prepandemia, dependerá mucho de la inversión pública en los grandes proyectos, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, Dos Bocas, el Tren Maya, pero más allá de eso hay que diferenciar de lo que es mayor nivel de actividad y lo que es el crecimiento económico y que, realmente permita a la economía mexicana en los próximos años crecer más. Ahora, lo que sigue pesando para nosotros sobre la calificación es que más allá del 2023 la economía siga creciendo a ritmos cercanos al 2.0 por ciento, lo que implicaría que México sería una de las economías menos dinámicas en comparación con los pares con calificación Baa y que en ciertos rubros, atrasaría mucho más la recuperación pospandemia, sobre todo en el PIB per cápita o métricas económicas relacionadas al bienestar de la gente. Ahora mismo se habla de qué muchas de esas métricas no llegarían a nivel pre pandemia hasta 2027 quizás.

Un tema de preocupación para Moody’s, no sólo en el corto plazo, está relacionado con la inversión, la cual sí se está dando, pero a ritmo bastante menor a lo que se esperaría, teniendo en cuenta el Nearshoring y lo que implica al país
Renzo Merino, vicepresidente-Analista Senior de Moody’s

¿Cuáles son las fortalezas para que México continúe atrayendo más inversión? El Nearshoring está ocurriendo, pero a un ritmo congruente con un crecimiento de la economía de entre 2.0 y 3.0 por ciento, cuando claramente México, por su posición geográfica y otros factores que voy a enumerar, tiene todo para beneficiarse de este proceso de relocalización de las empresas en las cadenas de valor. Por el lado positivo México tiene algo que muy pocos países tienen: el T-MEC que asegura un marco institucional para las inversiones con la economía más grande del mundo, Estados Unidos. Por el contrario, en los últimos años han habido decisiones de política que han mermado la confianza de los inversionistas creando dudas sobre el marco regulatorio del país, sobre la certidumbre de ciertas inversiones y en particular en el sector energético. Otros factores estructurales están más relacionados con la disponibilidad de tierra o espacio para poder construir una fábrica porque el desarrollo del norte del país en particular va a ser una limitante. Otro factor que sigue aquejando a México es el tema de la seguridad, se trata de un costo adicional para las empresas.

¿Qué se espera con hacia el cierre de la administración? Habría que ver si bajo la próxima administración se vienen cambios en la posición del gobierno o de la dinamización respecto al sector privado. Ahora hemos notado que han habido ciertos cambios en los últimos años, sobre todo respecto a cómo inició la administración con ciertas decisiones que claramente pesaron sobre la confianza de los inversionistas. Hacia 2022 ya hay un intento de acercamiento con algunos sectores privados como el que se dio para la implementación del PACIC y controlar la inflación; claramente hay una muestra de disposición o de acercamiento con el sector empresarial, pero dependerá de cuáles serán las prioridades de políticas bajo la próxima administración,

¿El T-MEC preocupa? Lo que estamos observando es que hay disposición de diálogo por parte de los diferentes gobiernos, obviamente habrá que ver qué tanto están o qué tanta voluntad tiene de moverse de sus posiciones iniciales, pero yo creo que un escenario base debería de contemplar que haya una resolución bajo el marco institucional del tema, de no ser el caso, definitivamente eso crearía incertidumbre y podría ser un factor que pese sobre ciertas actividades en 2023 y hacia 2024.

  • FORMACIÓN: Licenciado en Economía por la Universidad de Pensilvania y Maestro en Economía por la Universidad de NY
  • TRAYECTORIA: Se incorporó a Moody’s en 2011 y es analista principal de Calificaciones soberanas y supranacionales en Latinoamérica. Su cartera incluye Colombia, Panamá, México, entre otros.