El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) estimó que la implementación de las medidas para frenar la propagación del COVID-19 podría generar un aumento en el saldo de la deuda pública de 15 a 21 por ciento real respecto a 2019, lo que representaría niveles históricos como porcentaje del PIB.
El organismo refirió que los factores que pueden impactar en la deuda pública son la disminución en los ingresos, el aumento del gasto público, la depreciación del peso y un mayor costo en las transacciones de la deuda.
Expuso que si se mantiene la política de austeridad, y se considera la caída de los ingresos presupuestarios y el efecto de la depreciación del peso, así como de un mayor costo en las transacciones de la deuda, el saldo histórico de la deuda incrementaría 15 por ciento real, respecto a 2019; con este incremento se llegaría a un saldo de la deuda de 103 mil 549 pesos por persona.
Por otro lado, si se aplica una política fiscal contracíclica mediante el aumento del gasto público de 2.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), el saldo de la deuda tendría un crecimiento real de 21 por ciento, llegando a 108 mil 653 pesos por persona.
El investigador de deuda pública del CIEP, Carlos Aviud Vázquez Vidal, afirmó que si se considera que en 2019 la economía mexicana se contrajo 0.1 por ciento, para finales de 2020 el país llevaría dos años consecutivos de caída del PIB.
En este contexto, se requiere una política fiscal contracíclica que estimule la recuperación de la actividad económica, lo que permite evitar que la disminución del gasto contribuya a la volatilidad macroeconómica y la caída de la inversión, así como al aumento del desempleo, subrayó.
JVR