Con la premisa de que “China está decidida a dominar las industrias”, pero será Estados Unidos quien lidere dentro de ellas, el presidente Joe Biden determinó aumentar hasta cuatro veces más los aranceles bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 sobre 18 mil millones de dólares de importaciones de productos procedentes del país asiático, principalmente de sectores como semiconductores, baterías, vehículos eléctricos, acero, aluminio y productos médicos.
Con esto, la Casa Blanca señaló que espera que China elimine “sus prácticas comerciales desleales en materia de transferencia de tecnología, propiedad intelectual e innovación” ya que amenaza a empresas y trabajadores de EU.
“Las acciones de hoy para contrarrestar las prácticas comerciales desleales de China están cuidadosamente dirigidas a sectores estratégicos, los mismos sectores donde Estados Unidos está haciendo inversiones históricas bajo la administración de Biden para crear y mantener empleos bien remunerados”.
Sin embargo, más allá de corregir las prácticas comerciales desleales, la medida impuesta por el presidente Biden tiene un fin político, que busca anticiparse a su contrincante, el republicano Donald Trump, para ganarse el voto de los sectores estratégicos, aseguró Ignacio Martínez Cortés, director del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen).
En entrevista con La Razón, explicó que el gobierno estadounidense está construyendo el camino de su nacionalismo económico, el cual va a imperar en el próximo lustro.
El aumento de aranceles “no es más que una respuesta anticipada a lo que Donald Trump anunció el 16 de marzo, en el sentido de que de llegar a la presidencia estaría aumentando en un 100 por ciento los aranceles a autos eléctricos provenientes de China. Lo que hace Biden es adelantarse principalmente para ganar el voto de los trabajadores del sector”, señaló.
Además, el especialista de Lacen sostuvo que la estrategia de Estados Unidos se alinea con la imposición de aranceles a 544 productos provenientes de China, que en días pasados el Gobierno de México hizo, con excepción del aluminio, en el que determinó quitar el cobro por falta de producción nacional. Esto debido a que México ha impuesto 14 sanciones por prácticas desleales al país asiático, nueve en materia de cuotas compensatorias y cinco en cuestiones de antidumping, explicó.
Pero, pese a esta alineación, señaló que en la revisión del T-MEC, programada para 2026, existirá una presión hacia México para que restrinja la inversión china y la presencia de ese país en México.
Es así que a partir de 2025, los productos de acero y aluminio provenientes de China pagarán un impuesto de 25 por ciento, tal es el caso del grafito natural, los imanes permanentes y de otros minerales críticos; los semiconductores tendrán un gravamen de 50 por ciento, al igual que los paneles solares, pero de estos, el aumento se aplicará en 2024.
En tanto, las baterías de iones de litio que no son para vehículos eléctricos tendrán un arancel de 25 por ciento y su cobro iniciará en 2026. Asimismo, a las grúas de barco a tierra se les aplicará por primera vez un gravamen de 25 por ciento, que entrará en vigor en 2024.
Los productos médicos como jeringas y agujas contarán con un gravamen del 50 por ciento y para equipos de protección personal como respiradores y mascarillas, las tasas arancelarias aumentarán al 25 por ciento desde este año. Los gravámenes sobre guantes médicos y quirúrgicos de goma también serán de 25 por ciento en 2026.
El mayor aumento de arancel se dio a los vehículos eléctricos, los cuales antes tenían un gravamen de 25 por ciento y desde este año será de 100 por ciento; además, las baterías de iones de litio para los autos eléctricos también tendrán una tasa arancelaria de 25 por ciento. Para ambos casos el aumento entrará en vigor este 2024.
Sobre esto, Martínez explicó que México tiene una oportunidad para impulsar aún más las exportaciones de su industria automotriz, ya que es uno de los principales productores en el mundo; sin embargo, dijo, el gobierno debe apostar por impulsar una política industrial sostenible que detone un sector estratégico como el litio.
“El litio podría generar un nuevo desarrollo tecnológico con dos aspectos: capital intelectual invirtiendo en ciencias, tecnología, matemáticas e ingeniería y la especialización en torno a nuevas tecnologías apuntando principalmente hacia el sur-sureste”.
Por su parte, China criticó la decisión de la administración de Biden y prometió tomar medidas “decididas para salvaguardar sus derechos e intereses”, dijo el Ministerio de Comercio.
