Congresistas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos enviaron a la representante comercial de dicho país, Katherine Tai, una carta en donde pidieron presionar a México para que dé cumpliendo sobre la entrega del pluvial que se comprometió en 1944 con el Tratado de Utilización de Aguas de los Ríos Colorado y Tijuana y del Tratado del Río Grande, y del cual México adeuda 750 mil acres-pie.
Monica de la Cruz y Jodey Arrington, miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos enviaron la misiva de manera conjunta a Tai, solicitando una reunión para discutir la crisis del agua que vive Estados Unidos.
“En 1944, los Estados Unidos firmaron un tratado con el gobierno mexicano para recibir un promedio de 350 mil acres-pie de agua de México cada año, durante un ciclo de cinco años. Durante más de 30 años ha habido retrasos consistentes en cumplir con estas obligaciones, lo que ha afectado gravemente la agricultura estadounidense. En este momento, México debe a los Estados Unidos más de 750 mil acres-pie de agua, la cantidad más alta que hayan debido en este punto del ciclo”, destacó.
Argumentaron que en Texas ya se están experimentando condiciones de sequía graves, por lo que aseguraron, es imperativo que se tomen medidas inmediatas para mitigar el impacto en la industria agrícola y las comunidades.
Además, señalaron que en 2023, Texas exportó aproximadamente 7.3 mil millones en productos agrícolas; sin embargo, afirmaron que esta cifra es poco probable que aumente debido a los efectos negativos que la sequía ya ha tenido en sus productores, incluido el cierre del último ingenio azucarero en Texas.
“El cierre de este ingenio azucarero resultó en la pérdida de 500 empleos y tendrá un impacto económico negativo profundo. Ahora, la falta de agua también pone en riesgo a la industria citrícola”, dijeron.
De la Cruz, cuyo distrito se encuentra en una gran región del sur de Texas, emitió un comunicado sobre la carta y enfatizó el impacto económico de no hacer cumplir el tratado de aguas.
“Esta crisis del agua está paralizando a nuestros productores y poniendo en peligro nuestra economía local. Con la pérdida del último azucarero en funcionamiento en Texas, lo que resultó en 500 recortes de empleo y potencialmente devastador para la industria de los críticos, es imperativo que abordar esta cuestión sin demora”, comentó.
