El crecimiento económico mundial seguirá siendo “resistente” este año, después de un 2023 más sólido de lo esperado, dijo ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, consideró que es necesario trabajar para impulsar tasas de crecimiento global por encima de un anémico rango de 3 por ciento a corto plazo.
La portavoz del organismo internacional, Julie Kozack, declaró en rueda de prensa que la economía mundial parece encaminarse hacia un “aterrizaje suave”, con una inflación en retroceso y unos mercados laborales resistentes, pero que los países de renta baja aún podrían quedarse rezagados.
Se espera que el FMI publique una actualización de sus previsiones económicas este mes.
El Banco Mundial dio a conocer el martes unas sombrías perspectivas para este año, según las cuales el crecimiento del PIB mundial se ralentizará por tercer año consecutivo a 2.4 por ciento, lo que pondrá en peligro los objetivos de reducción de la pobreza.
Esta cifra contrasta con el 2.6 por ciento del 2023, tres por ciento del 2022 y 6.2 por ciento del 2021, cuando se produjo un repunte al finalizar la pandemia.
Esto haría que el crecimiento fuera más débil en el periodo 2020-2024 que durante los años que rodearon a la crisis financiera mundial de 2008-2009, la crisis financiera asiática de finales de los años 90 y las recesiones de principios de la década de 2000, declaró Ayhan Kose, economista jefe adjunto del organismo internacional. Excluyendo la contracción pandémica de 2020, el crecimiento de este año será el más débil desde la crisis financiera mundial de 2009, dijo el prestamista para el desarrollo.
