Las nuevas tecnologías de Inteligencia Artificial generativa han dado cuenta de un inmenso potencial para impulsar la productividad y mejorar la prestación de servicios públicos, pero la velocidad y la escala de la transformación también plantean preocupaciones sobre la pérdida de empleos y una mayor desigualdad, por lo que es necesario reforzar los impuestos de capital, así como fortalecer la protección social de quienes son más proclives a ser desplazados por este tipo de tecnologías, señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el estudio “Ampliando las ganancias de IA generativa: el papel de las políticas fiscales”, el organismo internacional sostuvo que dada la incertidumbre sobre el futuro de la IA, los gobiernos deberían adoptar un enfoque ágil que los prepare para escenarios altamente disruptivos.
En este sentido, mencionó que la política fiscal tiene un papel importante que desempeñar para respaldar una distribución más equitativa de las ganancias y oportunidades de la IA generativa. Pero esto requerirá mejoras significativas en los sistemas tributarios y de protección social en todo el mundo.
Explicó que pese a que mucho se ha hablado sobre el impulso a los impuestos a los robots para disuadir a las empresas de desplazar trabajadores por robots, no es aconsejable imponer un impuesto a la IA, ya que los chatbot o copiloto con IA no podrían solventar ese impuesto; solo las personas pueden hacerlo.
Asimismo, destacó que un impuesto específico a la IA podría reducir la velocidad de la inversión y la innovación, sofocando las ganancias de productividad, lo cual también sería difícil de poner en práctica y, si no se orienta correctamente, haría más daño que bien.
“La IA generativa, al igual que otros tipos de innovación, puede conducir a una mayor desigualdad de ingresos y concentración de la riqueza”, destacó el documento del FMI.
En este sentido, mencionó que los impuestos sobre la renta del capital deberían ser reforzados, con la finalidad de proteger la base impositiva contra una mayor disminución de la participación del trabajo en la renta y compensar la creciente desigualdad de la riqueza, lo cual es crucial, ya que una mayor inversión en educación y gasto social para ampliar los beneficios de la IA requerirá más ingresos públicos.
El Fondo Monetario Internacional detalló que desde los años 80, la carga tributaria sobre los ingresos del capital ha disminuido constantemente en las economías avanzadas, principalmente, mientras que la carga sobre los ingresos laborales ha aumentado; derivado de esto, mencionó que para revertir dicha tendencia, este fortalecimiento podría revertir dicha tendencia.
“El impuesto mínimo global acordado por más de 140 países, que establece una tasa impositiva efectiva mínima del 15 por ciento para las empresas multinacionales, es un paso en la dirección correcta”, destacó el organismo, al asegurar que otras medidas podrían incluir un impuesto suplementario sobre las ganancias excesivas, impuestos sobre las ganancias de capital y una mejor aplicación de la ley.
MAYOR PROTECCIÓN. El FMI también sostuvo que ante el inminente impacto que tendrá la IA en el empleo a nivel global, se deberán realizar mejoras significativas en los sistemas tributarios y de protección social en todo el mundo.
“Si bien la IA podría eventualmente impulsar el empleo y los salarios en general, podría dejar sin trabajo a grandes sectores de la fuerza laboral durante períodos prolongados, lo que provocaría una transición dolorosa”, destacó.
En este sentido, refirió que un seguro de desempleo “más generoso” podría amortiguar el impacto negativo de la IA en los trabajadores permitiendo que quienes hayan sido desplazados puedan encontrar empleos que se ajusten mejor a sus habilidades.
En adhesión, dijo que será necesario que se otorgue mayor formación sectorial, programas de aprendizaje y programas de mejora para la preparación de los trabajadores para los empleos de la era de IA.