Cerca de 100 millones de personas de todo el mundo podrían caer en la pobreza extrema a consecuencia de la “calamidad” de Covid-19, suprimiendo así todos los avances en su reducción logrados en los últimos tres años, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La directora gerente del organismo financiero internacional, Kristalina Georgieva, señaló que los que más están sintiendo los efectos de la crisis de la Covid-19 son los que ya de por sí son más vulnerables.
Esta calamidad, dijo, podría provocar un aumento significativo de la desigualdad del ingreso y poner en peligro los avances alcanzados en materia de desarrollo, como los logros educativos y la reducción de la pobreza.
“Nuevas estimaciones indican que cerca de 100 millones de personas de todo el mundo podrían caer en la pobreza extrema, suprimiendo así todos los avances en la reducción de la pobreza logrados en los últimos tres años”, añadió en un blog del FMI.
“Ampliar el acceso a las oportunidades es más importante que nunca si queremos evitar un incremento persistente de la desigualdad”Kristalina Georgieva, Directora gerente del FMI
Por esta razón, consideró, las autoridades económicas deben hacer todo lo que esté a su alcance para promover una recuperación más inclusiva, que beneficie a todos los segmentos de la sociedad.
Georgieva resaltó que la buena noticia es que gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas de política extraordinarias para salvar vidas y proteger medios de subsistencia.
Entre ellas destacó nuevas iniciativas para proteger a los pobres: muchos países han ampliado la ayuda alimentaria y las transferencias monetarias focalizadas.
“A escala global, las medidas fiscales adoptadas hasta la fecha ascienden a unos 10 billones de dólares”, mencionó al precisar que la gravedad de la crisis obliga a realizar importantes esfuerzos adicionales.
Por ejemplo, apuntó, se requerirán medidas para evitar que la economía sufra daños prolongados, entre otras cosas como consecuencia de la pérdida de empleo y el aumento de la desigualdad.
La directora gerente del FMI estimó que hay tres prioridades para la recuperación económica. Primero, usar el estímulo fiscal de forma apropiada. Durante la fase de recuperación, expuso, deberá aplicarse un estímulo fiscal considerable para impulsar el crecimiento y el empleo.
Necesitaremos un estímulo fiscal que beneficie a las personas, lo que significa aumentar la inversión pública en servicios de salud, y en el mediano plazo, impulsar una reforma tributaria, con la cual se podrían elevar las tasas del ISR de personas físicas sin frenar el crecimiento.
Segundo, agregó, empoderar a la nueva generación mediante la educación. Se debe invertir más en educación, no limitarnos a gastar en escuelas y capacidad de aprendizaje a distancia, mejorar la calidad de la educación y el acceso al aprendizaje y la capacitación para adquirir nuevas habilidades a lo largo de la vida
Tercero, aprovechar el poder de la tecnología financiera. Destacó que el Covid-19 ha provocado una migración en masa de las tecnologías analógicas a las digitales, pero sus beneficios no han llegado a todo el mundo, por lo cual es prioritario ampliar el acceso de los hogares de bajo ingreso y las pequeñas empresas a los productos financieros.
- El dato: Gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas fiscales extraordinarias para salvar vidas ante los efectos del Covid-19, las cuales a la fecha ascienden a 10 billones de dólares.
JVR