Para que no sea tan duro el frenón económico que sufrirá México este año hay que acelerar y ejercer más el gasto público, ya sea a través de reasignaciones presupuestales o incluso recurrir a un déficit primario moderado de 1.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); es decir, con nueva deuda para reactivar a la economía, planteó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El director general del CIEP, Héctor Villarreal Páez, consideró que se tienen que tomar medidas más agresivas y profundas para paliar el “bachezote” que enfrentará la actividad económica del país a causa de la “tormenta perfecta” que se está gestando por efecto del coronavirus Covid-19, el desplome de los precios del petróleo y la inminente recesión.
Te puede interesar: Rechaza CCE consulta sobre Constellation Brands
“Yo creo que un déficit primario del 1.0 por ciento, sobre todo si está bien gastado y te hace rebotar la economía, yo creo que las calificadoras lo verían hasta bien. Me pondría más nervioso como calificadora con una contracción en la economía de 4.0 o 5.0 por ciento”, añadió en entrevista con La Razón.
Uno de los componentes de la deuda es el balance primario, el cual es la diferencia entre los ingresos que recaudó el sector público, menos los gastos en los que incurrió, antes del pago del costo de la deuda, y éste puede ser superavitario o deficitario.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), de 2017 a 2019 se registraron superávits primarios; es decir, los ingresos fueron superiores al nivel requerido para cubrir el gasto, sin considerar el costo de la deuda, lo que también puede ocurrir con recortes o subejercicios del gasto público.
No obstante, de 2009 a 2016, las finanzas públicas ligaron ocho años de déficit primario, lo que ocurre cuando los gastos del sector público, sin considerar el pago de la deuda, son mayores a sus ingresos.
Si bien el Congreso de la Unión aprobó como meta para 2020 un superávit primario de 0.7 por ciento del PIB, equivalente a 186 mil 233 millones de pesos, el entorno actual ha cambiado, ante lo cual el CIEP considera que es el momento de tomar medidas contracíclicas más agresivas y profundas, las cuales serían un paliativo al “frenón” o “bachezote” que enfrentará la economía mexicana.
Villarreal Páez aconsejó gastar más, rápido y bien, para lo cual se pueden hacer algunas reasignaciones en el presupuesto, incluso no descartó la necesidad de que el Congreso apruebe un déficit primario moderado que podría ser de 1.0 por ciento del PIB.
“En un año que necesitas una política contracíclica o incluso yo usaría un término más fuerte, una política de guerra económica tan dura, sí se vale no sólo no tener un superávit primario, sino considerar un déficit primario, y sí sería deuda nueva, y decir, vamos a endeudarnos por un periodo corto para poder reactivar la economía”, explicó.
El director general del CIEP subrayó que en vez de pensar en cuatro o cinco “proyectos faraónicos” o grandes obras, hay que bajar dinero a los estados y hacer pequeñas obras de infraestructura, como reparar calles, carreteras, arregla presas, que con recursos fáciles de ejecutar.
También propuso que el Infonavit haga un programa de remodelación de viviendas, con préstamos rápidos y expeditos con los recursos de la subcuenta de vivienda de los trabajadores, a fin de contratar gente de la industria de la construcción, así como comprar cemento y pintura para empezar a mover a la economía y tratar de que el “frenón” económico no sea tan duro.
“Un déficit primario de 1.0%, si está bien gastado y hace rebotar la economía, sería bien visto para las calificadoras”
Héctor Villarreal
Director general del CIEP
No descartó la posibilidad de implementar un programa de rescate anticipado para la industria turística porque “se va a desplomar bien feo”, pero como tiene características positivas, como el hecho de que casi toda la industria está en la formalidad, lo que facilitaría que las autoridades financien parte de la nómina para que no haya despidos masivos.
El dato: Las perspectivas de la actual administración para 2020 plantean un relajamiento en el superávit primario de 1.0% a 0.7%.
En este sentido, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que si bien es cierto que las finanzas públicas mantienen una fuerte austeridad con el objetivo de cumplir las metas presupuestales, en estos momentos el Gobierno deberá hacer esfuerzos adicionales para adoptar políticas contracíclicas que ayuden a compensar, aunque sea parcialmente, la reducción que del gasto privado.
“La necesidad de políticas contracíclicas parece inminente. Para ello, el Gobierno debe necesariamente estar dispuesto a renunciar temporalmente a algunos de sus ingresos a fin de mitigar las presiones financieras”, señaló.