Las acciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de prohibir la venta de productos que presuntamente incumplieron con la información plasmada en su etiquetado es positivo; sin embargo, también podrían revisar estos datos en los productos con harinas, consideró Paulina Magaña, investigadora en salud alimentaria en El Poder del Consumidor.
En entrevista con La Razón, la experta manifestó que hay normas alimentarias que se pueden mejorar o incluso crear; por ejemplo, sobre las harinas refinadas, los yogurt, los quesos, atún y lácteos.
En el caso de las harinas, dijo que es el ingrediente al que más se le fortifica en un alimento, ya que es un insumo por el cual se adicionan vitaminas y minerales a ciertos productos.
“A veces pueden caer en incumplimientos con una harina o cereal, que promete cierta cantidad de vitaminas y minerales y al final no las tiene, como pasó con los quesos y yogurt que se declara con ciertas cualidades nutrimentales pero al hacerse análisis podrían ser que no lo cumplan”, indicó la analista de El Poder del Consumidor.
Precisó que las verificaciones aleatorias que realiza la Profeco ayudan a informar al consumidor y a presionar a las empresas a que tengan un mayor compromiso en la calidad de sus productos.
Finalmente, dijo que si la implementación de la Ley de la Infraestructura de la Calidad sirve para beneficiar al consumidor, siempre va a ser positiva; sin embargo, aclaró que no quiere decir que todas las normas se cumplan con cabalidad, porque tendrían que revisando los estándares mínimos y luego revisar cuáles son las áreas de oportunidad.
JVR