Moody's redujo el martes la calificación de la estatal Comisión Federal de Electricidad de México (CFE) a "Baa2" desde "Baa1" y cambió su perspectiva a "estable" desde "negativa", luego de su decisión de rebajar la nota soberana del país.
El viernes, la agencia recortó la calificación de México a "Baa2" desde "Baa1", argumentado tendencias económicas y fiscales que prevé seguirán mermando el perfil crediticio de la nación, y el lunes bajó a "B1" desde "Ba3" la de la petrolera estatal Pemex.
Moody's señaló que la nota de Baa2 de la comisión refleja la aplicación del marco de análisis conjunto de incumplimiento de Moody's para Emisores Relacionados con el Gobierno (GRI), el cual tomaron en cuenta i) la calificación Baa2 del Gobierno de México como proveedor de respaldo de CFE, ii) una expectativa de "muy fuerte " respaldo implícito del gobierno a la empresa de servicios públicos en el caso de dificultades financieras y iii) una evaluación de dependencia de incumplimiento "muy alta" entre CFE y el Gobierno mexicano, lo que resultó en la calificación senior no garantizada cuatro escalones por encima de la calidad crediticia intrínseca de CFE.
La empresa señaló que desde que comenzó el conflicto militar en Ucrania a fines de febrero, los precios del gas se han disparado, lo que refleja la incertidumbre en torno a la seguridad energética mundial y elevó los costos operativos de CFE.
Ante ello, la agencia evaluadora mencionó que el escenario base que contempla supone que los precios más altos del gas natural se mantendrán muy por encima de los precios históricos en 2022, mejorando a medida que las interrupciones del suministro se reduzcan gradualmente en 2023.
"La compañía tiene cierta flexibilidad para ajustar las tarifas a los grandes clientes industriales y comerciales registrados como usuarios calificados, pero los ajustes no mitigan completamente las pérdidas continuas por presiones de costos, dados los topes de tarifas y los subsidios establecidos para clientes cautivos", mencionó.
Debido a lo anterior, mencionó que la compañía seguirá dependiendo del apoyo del gobierno a través de transferencias directas o asignaciones para mayores aumentos de tarifas. Estas presiones se suman a una CFE ya debilitada como resultado del impacto de la volatilidad del precio del gas natural que ocurrió debido al evento del vórtice polar en febrero de 2021.
Mencionó que el evento resultó en un aumento temporal en los costos de generación que contribuyó a una utilidad neta perdida de aproximadamente 90 mil millones, ya que CFE no fue compensada en su totalidad por el sobrecosto.
Según CFE, el impacto total es de alrededor de 84 mil millones de pesos y el regulador de energía de México, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), solo reconoció 38 mil millones de pesos que se recuperarían a través de tarifas durante 24 meses, de los cuales se esperan cerca de 30 mil millones de pesos en 2022.
"Si bien la compañía espera una transferencia extraordinaria de al menos 45 mil millones de pesos del Ministerio de Hacienda para compensar el exceso de costo incurrido en 2021, el momento sigue siendo incierto", destacó.
De la misma manera, mencionó que el escenario base de la calificación considera que el plan de inversión de capital por 582.3 mil millones de pesos entre 2022 y 2026 incluido en el Plan de Negocios de la compañía probablemente creará presiones adicionales en términos de apalancamiento y recuperación de la inversión de capital
Respecto a la perspectiva, que cambió de negativa a estable, explicó que refleja la perspectiva estable de la calificación del Gobierno de México, el proveedor de respaldo, además de incorporar la expectativa de que el desempeño financiero de CFE mejorará gradualmente en 2023, una vez que los precios del gas natural se estabilicen y las tarifas se ajusten para compensar los sobrecostos esperados para 2022.