Con un año tan difícil, con tantas malas noticias, lo único que quería era despejarme de tantas cosas feas, por eso decidí empezar a adornar mi casa para la Navidad más de un mes antes. A lo mejor suena exagerado, pero me llena de tranquilidad sentir que ya casi termina 2020, expresó Mariana Robles, quien vive en el Estado de México y que adquirió de forma anticipada productos como esferas, adornos y el emblemático árbol que habitará su hogar por más de dos meses.
Pese a la complicada situación económica que enfrenta el país y en particular el mercado laboral, la empleada de una fábrica de alimentos procesados en el Estado de México gastó más de mil pesos en “la primera etapa” del decorado de su casa, que llenó de esferas, luces y flores de Nochebuena.
El terapeuta de la Unidad de Psicología Clínica de la Universidad Panamericana, Gerardo Vázquez Estrada, señaló que la temporada decembrina es considerada como un “corte de caja” de las personas, en la que evalúan sus logros y fracasos a lo largo del año; sin embargo, la pandemia, junto con la crisis sanitaria y financiera que derivó, agravaron el sentimiento de nostalgia que se puede llegar a sentir.
Explicó que adornar con varias semanas de anticipación respecto a cuando tradicionalmente lo hacían, las personas utilizan “estrategias” para recuperar cierta normalidad, ya que si bien no se podrán hacer reuniones como posadas, buscan tener algo que les recuerde como solían ser las cosas en época prepandemia.
Tratan de mantener los rituales, aunque sean a la distancia, porque nos ayudan a conectar con esas situaciones de agradecimiento con lo que sí hemos podido tener a lo largo de este añoGerardo Vázquez
Esta “nostalgia de los buenos tiempos” le favoreció a Abel Castillo, artesano de esferas navideñas en Tlalpujahua, Michoacán. El productor consideró que en la XXI Feria de la Esfera, que se celebra en dicho estado del 17 de octubre al 13 de diciembre, se venderán más de 12 millones de piezas e incluso un poco más, ya que se ha notado que los consumidores tienen ánimo de seguir con esta tradición.
El taller del michoacano es familiar. La elaboración de las esferas es con vidrio neutro para ser transformado en esferas redondas o de figuras. La técnica es tradicional: hecha a mano, con artesanos calificados, según explicó
Abel Castillo señaló que su negocio no sintió en gran medida el impacto de la crisis económica derivada de la pandemia, pues cuenta con 42 años trabajando en su taller, por lo que ya cuenta con una cartera de clientes, que aunque sí redujeron lo que normalmente piden año contra año, no representó una amenaza.
Su suerte no se replicó a los más de 400 productores de temporada (que se dedican a la elaboración de esfera sólo en época navideña) que hay en Tlalpujahua, y otros 100 que desempeñan este trabajo el resto del año, pues aclaró que en algunos talleres la venta desapareció por completo.
“En el mejor de los casos las ventas bajaron 50 por ciento, sobre todo en el segundo trimestre del año. En esas fechas sí parecía que todo se terminaba, que no habría nada. En producción bajamos las horas, en promedio dos horas. Eso ayudó para que las personas que trabajan con nosotros tuvieran para comer y atender sus necesidades básicas”, señaló en charla con La Razón.
El sector servicios es uno de los más impactados por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que, en términos mensuales, el ingreso por suministro de bienes y servicios aumentó en septiembre pasado 4.2 por ciento; mientras que el gasto se incrementó en 0.6 por ciento. Aunque el personal ocupado bajó 0.7 por ciento, así como las remuneraciones totales, que se contrajeron 0.1 por ciento.
Un pilar fundamental para que el negocio de Abel Castillo sobreviviera a los meses más difíciles de la pandemia fue adaptarse a la Nueva Normalidad. Tras las restricciones de aforo, extendió su taller a sedes alternas, ya que laboraban ocho personas de forma directa: sus familiares; y cuatro como apoyo, con lo que han hecho frente a la demanda de los consumidores que no apagaron su espíritu navideño.
A la gente le gustan los diseños, porque piden formas y figuras en particular, principalmente familias y corporativos. La gente ha sido muy consciente de la situación actual que se vive y es muy responsable, por lo que toman todas las medidas de salud que se requieren. Y nosotros también las extremanos. Lo mejor es que los visitantes son muy responsablesAbel Castillo
El año pasado, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) estimó que los negocios formalmente establecidos alcanzarían una derrama de 503 mil 500 millones de pesos, lo que representó un incremento de 5.8 por ciento respecto a la misma celebración de 2018.
El periodo de mayores incrementos en las ventas, apuntó, abarca del 12 de diciembre al 6 de enero, debido a que los trabajadores mexicanos reciben sus aguinaldos, reembolsos de cajas de ahorro, bonos y otros incentivos de fin de año.
Sin embargo, la Navidad llegó antes para muchas personas. Abigail Martinez, profesionista que labora en la Ciudad de México, también adelantó el decorado de su casa. Desde la segunda quincena de noviembre comenzó a desempolvar los adornos y a instalar su árbol en el patio de su casa.
El motivo por el que decidió “adelantar” la celebración, ya que reconoció que en años anteriores los preparativos navideños comenzaban en la primera semana de diciembre, fue porque le ilusionaba ver su casa “más alegre, porque la pandemia no iba a entristecer una de las épocas más bonitas del año, que comenzó desde Día de Muertos”, recordó, pues también decoró su casa de acuerdo a esta última festividad.
Hasta la fecha, ella no ha desembolsado en adornos, pues recicla año con año las esferas, moños y luces que aún funcionan. La mexiquense consideró que al recibir su caja de ahorro la dedicaría en regalos, la cena de Nochebuena, Año Nuevo, y “tal vez más adornos”, porque no sabe qué tan difícil será la cuesta de enero.
Al respecto, Gerardo Vazquez Estrada, también académico de la carrera de psicología de la Universidad Panamericana, reiteró que esta conducta es una medida de afrontamiento ante la pandemia. “Poner los adornos nos ayuda a sentir que tenemos cierta normalidad y tener ciertas cosas que hemos perdido. Está bien para las personas que así les funcione”.
RENTA DE ÁRBOLES DE NAVIDAD, NUEVA TENDENCIA
Reforestalia, una iniciativa de reforestación de árboles, emprendió una campaña sustentable: la renta y/o adopción de árboles de Navidad. La plantación forestal comercial autorizada inició en 1988, tras la aprobación de las autoridades correspondientes.
Los integrantes de Reforestalia también notaron un cambio en el consumo de las personas, pues en la primera semana de diciembre ya no cuentan con árboles para rentar. “Habíamos visto este fenómeno en años anteriores, pero no como sucedió apenas”.
En 2015 comenzaron con la tendencia de plantar árboles en maceta y llevarlos a las casas, para que tras su uso se puedan reforestar.
“Un año después nos empezamos a enfocar en la renta de árboles. Paulatinamente fuimos quitando el corte de árboles y todo lo que hacemos fueron en maceta para renta y adopción. Le dimos un golpe de timón con una gran respuesta y actualmente tengo agotado el producto”, celebró Germán López Sarabia, fundador de Reforestalia.
De acuerdo con un estudio de Ellipsos, consultoría canadiense enfocada al medio ambiente, para que un árbol artificial genere menos impactos ecológicos que uno natural tendría que reutilizarse por 20 años.
El fundador de Reforestalia explicó que su labor también consiste en llevar estos productos naturales a oficinas y corporaciones que se los soliciten; así como la recolección de los mismos, a partir del seis de enero, en promedio. A partir de esas fechas comienzan un cuidado especial para que a mediados de año los reforestan.
El bosque en donde dejan los árboles está ubicado en el kilómetro 43.5 de la carretera libre a Cuernavaca, Morelos.
“Le damos un doble uso a este modelo. Le decimos a las personas: ‘este árbol lo rentaste, está adoptado por ti. Ojalá lo puedas visitar al bosque’. Lo que buscamos es un enganche en el cual las personas vayan al bosque y vean todo el proceso que lleva después de adornar sus casas”, agregó.
Aunque no hay una estimación exacta, se calcula que la tasa de deforestación a nivel nacional podría ser de hasta 1.98 millones de hectáreas por año, de acuerdo con datos recopilados por la Cámara de Diputados en 2017, aseveró Greenpeace México.
López Sarabia aseguró que la aceptación de este modelo de renta de árboles ha crecido año con año, pues ha llegado a tener más de 100 mensajes diarios de personas interesadas en solicitar el servicio. Detectó que su público va de los 25 años a 35 años.
Sobre el adelanto de la Navidad entre sus compradores, refirió que comenzaron a entregar árboles el 10 de noviembre, cuando normalmente los primeros se empezaban a repartir durante el Buen Fin (puente del 20 de noviembre) y arrancaba la temporada.
“Si tuviera 300 por ciento de lo que coloqué este año, seguramente los vendería”, sostuvo.
Para la renta de árboles tiene cuatro montos; el primero, para árboles de 60 centímetros tienen un costo de 300 pesos; los que miden 1.50 metros cuestan mil pesos. Los más comunes, de 1.80 metros a 2.10 metros, valen mil 800 pesos; y los que van hasta 2.80 metros valen dos mil 300 pesos.
Es importante mencionar que, según el Programa de Verificación a la Importación de Árboles de Navidad, a partir de 2010 y hasta 2018 se había registrado el ingreso de poco más de 900 mil ejemplares en promedio, provenientes de Estados Unidos.
La entrada al país de estos ejemplares se encuentra en la frontera norte, señaló la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que son: Mexicali y Tijuana, en Baja California; Piedras Negras, Coahuila; Zaragoza, Chihuahua; Colombia, Nuevo León; San Luis Río Colorado y Nogales, en Sonora; así como Reynosa y Nuevo Laredo, en Tamaulipas.
CONSUMO MODERADO
Según una encuesta de Statista, la cena de Navidad es uno de los mayores gastos de fin de año para los consumidores mexicanos, ya que 28 por ciento de los entrevistados gastó más en esta degustación que en ningún otro festejo de fin de año.
Le siguen los regalos de Navidad, con 20.8 por ciento; los Reyes Magos, con 19.2 por ciento; la cena de Fin de Año, con 18.3 por ciento; regalos para intercambios, con 7.3 por ciento; y las posadas, con 2.3 por ciento.
La misma firma informó que 21.3 por ciento de las personas gasta en la Cena de Navidad entre 501 pesos y mil pesos, en promedio; mientras que 30.2 por ciento destina hasta dos mil pesos en este festejo.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) consideró que el Buen Fin 2020 (del 9 al 20 de noviembre) no obtuvo el impacto esperado, ya que las personas tuvieron una actitud de precaución debido a la incertidumbre que genera la pandemia de Covid-19 y porque sabían que aún les faltaba gastar en Navidad.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) hizo un llamado a gastar de forma moderada durante las festividades decembrinas, incluido Guadalupe-Reyes, con Susana Distancia. Refirió que de acuerdo con una encuesta realizada en enero del 2020 por Brad Engagement, 62 por ciento de los mexicanos se quedaron sin dinero después de las fiestas decembrinas.
En la Revista del Consumidor recomendó algunos tips para que la cuesta de enero no cueste tanto:
- Elabora un presupuesto
- Ahorra
- Ajusta los gastos a una cantidad
- Sé un consumidor responsable
- Utiliza un crédito sólo si es necesario
