El 51% es mujer

Necesitan trabajo dos millones de adultos mayores

Se trata de personas desempleadas, subocupadas o disponibles para enrolarse al mercado laboral; es un grupo poblacional que resulta más caro para las empresas, dicen

Una pareja de la tercera caminando
Una pareja de la tercera caminando Foto: Cuartoscuro

Más de dos millones de personas de 60 años o más necesitan o desean trabajar, es decir, 10.9 por ciento de los adultos mayores de México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El resultado es multicausal. Si bien hay una parte que no cuenta con recursos para enfrentar sus gastos, no tiene una pensión o lo que recibe es insuficiente frente a sus necesidades, lo cierto es que también hay personas de la tercera edad que desean trabajar porque les gusta o porque se quieren sentir productivos, comentó Héctor Magaña, catedrático del Tec de Monterrey.

En este grupo se encuentran las personas que buscan activamente una oportunidad laboral (desempleados), las que no examinan ofertas de trabajo, pero están disponibles para laborar y si les ofrecen una vacante la toman (disponibles) y, finalmente, aquellas que cuentan con empleo, pero que aseguran tener disponibilidad y necesidad de una segunda fuente de ingresos (subocupados).

Al segundo trimestre del año sumaron 2.06 millones, de un total de 18.9 millones, de los cuales 66 por ciento está disponible; 30.4 por ciento, subocupado y 3.3 por ciento, desempleado.

.
. ı Foto: Gráfico: La Razón de México

Esther, de 64 años, es una de las mujeres subocupadas. No tiene una pensión ni un salario fijo que recibir. Su hija la apoya “con lo que puede”. Trabaja en una casa ayudando en las labores de cocina tres días a la semana. Como el dinero no le alcanza, busca un segundo empleo que le permita vivir más cómodamente.

Los números publicados favorecen menos a las mujeres, aunque no de forma tan acentuada. De los 2.06 millones de adultos mayores, 50.6 por ciento es del género femenino y 49.4 por ciento, del masculino. Al ver por rubro, hay más mujeres disponibles para trabajar, 60 por ciento frente a 40 por ciento de ellos, mientras que en los desempleados y subocupados predominan los hombres.

Lucía recibe pensión y sus hijos le ayudan con el gasto. Sin embargo, asegura que, en en su casa, se aburre y decidió ir a buscar trabajo como empacadora del supermercado, conocidos como cerillitos. Lleva más de dos años trabajando en una tienda cercana a su casa y “estoy feliz. Voy cuatro horas diarias, platico con personas de mi edad, conozco nueva gente y me gano un peso más. Hay días que digo: Ya no voy a ir, pero llega el lunes y me salen las ganas de trabajar”, cuenta.

El panorama se complica para este sector poblacional, pues para muchos empleadores no es costeable dar trabajo a personas de 60 años o más.

“Los adultos mayores pueden ser muy productivos gracias a que ya cuentan con la suficiente experiencia, conocimiento y capacidad para la toma de decisiones. Empero, también es un grupo de la población que resulta más ‘caro’, por lo que los empleadores optan por ocupar los puestos laborales con trabajadores con menor experiencia por sueldos más bajos”, señaló Héctor Márquez Pitol, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH).