Los mexicanos prefieren comprar bienes importados sobre los nacionales, decisión que se vio favorecida por el peso fortachón que prevaleció a lo largo del año pasado.
En los primeros 11 meses del 2023, el consumo de productos extranjeros aumentó 19 por ciento en promedio anual, cuando el de artículos de origen nacional subió apenas 0.3 por ciento.
Esto implica que la compra de los primeros creció 63 veces más, un diferencial nunca visto, al menos desde 1994 que hay cifras disponibles en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Tan sólo en noviembre, mes que se caracteriza por un consumo elevado previo a las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en El Buen Fin, la demanda de productos procedentes del extranjero aumentó 35.1 por ciento, mientras que la de bienes de origen local, 1.8 por ciento.
Héctor Magaña, analista del Tec de Monterrey, comentó que este comportamiento obedece, principalmente, al hecho de que el dólar “barato” economizó las importaciones y, por ende, en muchos casos, los precios al consumidor.
Al 30 de noviembre, la moneda mexicana se apreció 10.7 por ciento frente al dólar, con un tipo de cambio que pasó de 19.4753 (31 de diciembre del 2022) a 17.3873 unidades, según datos del Banco de México.
“La debilidad del dólar es un factor favorable para los importadores y un elemento que resta presión a la inflación nacional; sin embargo, impacta segmentos como las remesas y las exportaciones”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
También, dijo Magaña, el incremento en los bienes importados está ligado, en muchos casos, al hecho de que muchas personas asocian lo extranjero con productos de mayor calidad; es decir, un factor idiosincrático.
El consumo en México es uno de los mayores motores de crecimiento en la actualidad, el cual se ha visto favorecido por factores como el incremento de la masa salarial, la llegada de más remesas y las transferencias del Gobierno.
En los primeros 11 meses del 2023 avanzó 4.3 por ciento, principalmente por los importados duraderos. Con ello, alcanzó un nuevo máximo en registro y sumó 33 avances de manera anual.
“El consumo se vio favorecido a lo largo del 2023 gracias a la disminución de la tasa de desempleo, las transferencias del Gobierno, el otorgamiento de crédito, la desaceleración de la inflación y la apreciación del peso”, señaló Siller.
Al respecto, Saidé Salazar, analista de BBVA, comentó que la perspectiva para la demanda interna del país luce positiva.
“Anticipamos que el consumo privado continuará mostrando dinamismo hacia adelante, impulsado por las ganancias en el salario real y la masa salarial real que se han registrado desde mediados del 2022”, expuso.
Adicionalmente, añadió, los menores niveles de ahorro estarían impulsando el gasto en los siguientes meses, tal como lo señalan los datos del saldo de los depósitos de los hogares en manos del sistema financiero que, a la fecha, se ubican en un nivel 4.4 por ciento por debajo de su tendencia prepandemia.
Cuidan lo que gastan
Pese a que se espera que el consumo se mantenga con datos positivos, los mexicanos se mantendrán más cautelosos al momento de gastar para enfrentar desafíos como la inflación.
“Los consumidores mexicanos están siendo más cautelosos en su forma de gastar y, en un intento por reducir sus gastos, se destacan dos soluciones: el aumento en el consumo de marcas blancas (propias) y la compra en temporadas de descuento”, señaló Francisco Olivares, socio líder adjunto de Consumo para EY Latinoamérica. Según una encuesta que realizó la empresa, 76 por ciento de los consumidores será más cuidadoso en sus gastos para hacer frente al inicio de año.
Y es que 55 por ciento de la población dice estar muy preocupado por el aumento de costos de servicios, como electricidad, gas y agua, así como por el incremento de precio de los alimentos y otros productos básicos para el hogar.
Por ello, 52 por ciento planea pasar más tiempo en casa en el futuro para evitar gastos innecesarios, comparado contra el resultado global, donde sólo 41 por ciento menciona esta medida. Además, 33 por ciento está modificando sus hábitos y prioridades de consumo al probar nuevas marcas para reducir gastos, contra 28 por ciento a nivel global.
“Sin embargo, también observamos que los consumidores muestran resiliencia ante la presión de los crecientes precios y las preocupaciones económicas. La mejora de la confianza se traduce en unas perspectivas más positivas para la mayoría, y donde existe un incremento significativo es en el optimismo hacia el futuro”, añadió el especialista.