Las remesas que mandan los connacionales a sus familias de Guerrero serán clave para la recuperación del estado tras la devastación que dejó a su paso el huracán Otis.
“Estos recursos siempre son relevantes para las familias, más en estas circunstancias tan difíciles”, señaló Héctor Magaña, profesor del Tec de Monterrey.
La entidad es una de las mayores receptoras de estas divisas, las cuales son consideradas de vital importancia para la sobrevivencia de miles de familias de la región. De acuerdo con un análisis de BBVA, cerca de 13 por ciento de los hogares del estado capta estos recursos.
En el 2022, el estado recibió dos mil 955 millones de dólares por remesas, 12.7 por ciento más que un año antes, según datos del Banco de México. Con ello se posicionó en la séptima entidad que más recursos atrajo por este concepto.
Sin embargo, como proporción del Valor Agregado Bruto, representa 16.4 por ciento, el dato más elevado, junto con Michoacán.
“A nivel estatal, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Zacatecas mostraron la mayor dependencia de remesas con porcentajes alrededor de 15 por ciento de su Valor Agregado Bruto”, destacó BBVA México en el “Anuario de Migración y Remesas 2023”.
Las remesas captadas en 2022 equivalen a 59 mil 469 millones de pesos (tipo de cambio promedio FIX de 20.12 unidades por dólar); es decir, similar a la suma de 61 mil 313 millones de pesos que el Gobierno inyectará en su plan de reconstrucción para Acapulco y las zonas afectadas por el fenómeno natural.
Hasta septiembre del 2023, estas divisas ascendieron a dos mil 371 millones de dólares en Guerrero, 8.4 por ciento más que un año atrás y cuatro por ciento de lo que recibió el país en su totalidad.
Considerando el comportamiento de trimestres anteriores, es factible que las remesas en en el estado lleguen a tres mil 200 millones de dólares este año, lo que, en moneda nacional, sería un monto menor (57 mil 120 millones de pesos), dado que el tipo de cambio promedio, hasta el momento, es de 17.85 pesos por dólar.
demandan recursos 2024. El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que la devastación de Acapulco y otras comunidades cercanas al puerto ejercerá una “importante” presión sobre los recursos del erario.
Ante ello, consideró que las circunstancias son propicias para que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 considere las necesidades requeridas para atender la devastación causada por Otis de forma transparente, democrática y constitucional, a fin de mitigar la evidente destrucción que trajo consigo.
En su análisis semanal, recordó que el Gobierno anunció un plan para Acapulco por 61 mil 300 millones de pesos; sin embargo, acotó, otras instancias sitúan el costo en alrededor de 15 mil millones de dólares, unos 270 mil millones de pesos
“El dictamen del PEF 2024 debería considerar al menos el programa de emergencia anunciado por el Gobierno en cuanto a las reasignaciones previas a su aprobación con total transparencia. Hasta ahora no ha sido así”, lamentó.
En su opinión, la falta de presupuesto asignado al desastre y la imposibilidad legal de utilizar los recursos de la Tesorería (al no estar en el PEF) complican la recuperación, reconstrucción y rehabilitación de Acapulco y las otras ciudades y regiones gravemente afectadas, lo cual, a decir de analistas, tendrá un impacto económico en la localidad.
