S&P Global Ratings recortó su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2022 de México a 1.7 por ciento, de 2.0 por ciento previsto anteriormente, así como su expectativa para 2023 a 1.9 por ciento desde 2.3 por ciento.
La calificadora internacional explicó que este ajuste a la baja refleja principalmente una economía estadounidense más débil de lo que se suponía anteriormente, lo que significará una menor demanda de exportaciones de bienes manufacturados de México.
Mencionó que la recuperación de la economía mexicana de la pandemia sigue siendo una de las más débiles de la región, ya que la demanda interna regresó a su nivel previo a la pandemia en el primer trimestre de este año, mientras que la mayoría del resto de las economías en América Latina llegaron a ese punto a mediados de 2021.
Además, el país es un importador neto de energía, dada la gran cantidad de importaciones de gasolina y gas natural, lo que significa que el aumento reciente en los precios de la energía afectará el crecimiento, subrayó en su reporte “Panorama económico para América Latina en el tercer trimestre de 2022”.
“El Gobierno ha reaccionado a los precios más altos de la energía con una reducción en los impuestos sobre la gasolina. Por ello, cuanto más tiempo permanezcan elevados los precios del petróleo, mayor será el costo fiscal para el Gobierno mexicano.”, advirtió.
S&P comentó que, más allá de 2023, sigue esperando que México se ubique cerca de su tasa de crecimiento estructuralmente baja tradicional de 2.0 por ciento debido a los bajos e ineficientes niveles de inversión.
fgr