Por cuarto mes consecutivo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se volvió a acelerar para alcanzar un crecimiento de casi 5.0 por ciento anual durante el sexto mes del año. Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que la inflación general registró un aumento de 0.38 por ciento respecto a mayo y un repunte de 4.98 por ciento a tasa anual, impulsada, de nueva cuenta, por los precios de productos agropecuarios, derivado de la sequía persistente en México.
De acuerdo con el Instituto, el índice de precios subyacente, o el que marca la tendencia de mediano y largo plazo de la inflación, registró un crecimiento de 0.22 por ciento a tasa mensual y un incremento de 4.13 por ciento a tasa anual, debido a un aumento de los precios de las mercancías de 0.18 por ciento y los de servicios, 0.27 por ciento.
Por su parte, el índice de precios no subyacente, o el que contempla los precios más volátiles como el de los productos agropecuarios o de la electricidad, registró un alza de 0.87 por ciento mensual y un salto de 7.67 por ciento anual, por un incremento en los productos agropecuarios de 1.54 por ciento y de los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, de 0.26 por ciento.
Los productos que registraron los crecimientos más importantes fueron el chayote que registró un alza importante de 128.58 por ciento, seguido por la naranja, con 31.37 por ciento, la lechuga y la col tuvieron un crecimiento de 21.87 por ciento y el aguacate que, registró un crecimiento de 17.65 por ciento.
La información revelada este martes hace prever que la inflación continuará en niveles elevados hacia el cierre de este año, probablemente más cercanos al 5.0 por ciento que al 4.0 por ciento, por lo que se espera que el Banco de México no disminuya la tasa de referencia.
En un análisis, Bank of America Securities (BofAS) refirió que los niveles de inflación registrados al cierre de junio sorprendieron al alza, siendo el principal contribuyente a este salto el índice no subyacente, “debido al aumento vertiginoso de la inflación de frutas y hortalizas, del 3.27 por ciento mensual, impulsada por la persistencia de la sequía en México”.
Por su parte, Citibanamex mencionó en un análisis que con los datos revelados por el Inegi, la inflación anual retomará una tendencia a la baja hacia el tercer trimestre de este año, luego de que en lo que va del 2024, la inflación general se ubicó moderadamente por arriba de su promedio de largo plazo de 4.5 por ciento.
En tanto, el área de Análisis de Banorte mencionó que la inflación general sigue presentando una tendencia alcista en términos anuales, aunque con el índice subyacente más bajo, con lo cual el índice general aumentó, hilando cuatro meses de avances.
Sostuvo que como se ha dado a conocer en reportes recientes, el comportamiento de la inflación se explica por la no subyacente que, de acuerdo con la institución financiera, se reconoce un efecto de base más retador, el cual alcanzará su punto más álgido el próximo mes y presiones en varios componentes, esencialmente en las frutas y verduras.
En el reporte de las Economías Regionales que dio a conocer el Banco de México (Banxico), hasta mayo, 80.3 por ciento de la producción agrícola nacional fue expuesta a condiciones de sequía, su nivel máximo de los últimos ocho años, por lo que se estima que la cantidad de alimento sembrado sea menor a lo observado durante el año pasado, lo que ha impactado directamente en los precios de algunos de esos productos.
Asimismo, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) estima que para 2024 la producción de alimentos sea de 293.2 millones de toneladas, 1.9 por ciento menos que lo cosechado durante el año pasado, cuando se produjeron 299 millones de toneladas.
MÁS RIESGOS. El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) señaló que al primer semestre de este año la economía mexicana presenta signos de desaceleración en la producción, que incide en la reducción de la inversión fija Bruta, en la disminución de los pedidos manufactureros y en la caída de empleo que afectan la confianza empresarial y del consumidor. Esto último, incidirá en la próxima decisión de política monetaria del Banxico junto con el dato de inflación del junio que registra una aceleración importante.
