Sin los beneficios en importaciones, que no son para ventas, sino para uso propio de las industrias, las líneas de producción están amenazadas, pues los insumos no llegarán en tiempo y forma a las empresas que lo requieren, alertó Alberto Bustamante, director de comercio exterior y normalización de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
En entrevista con La Razón, explicó que por decreto se eliminaron los beneficios que se tenían dentro del Anexo 2.4.1 sobre normas para importar mercancías a México, lo cual, aseguró, afectará a la industria de autopartes y a todos los sectores manufactureros en general.
La semana pasada, la Secretaría de Economía (SE) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) reglas y criterios de carácter general en materia de comercio exterior.
En este texto, la dependencia federal explicó que en el Anexo 2.4.1 (Anexo de NOMs) del Acuerdo de Reglas publicado en diciembre de 2012 contempla 14 normas oficiales mexicanas de información comercial.
“Derivado de la revisión a las operaciones de importación de mercancías sujetas al cumplimiento de normas oficiales mexicanas de información comercial, se detectó un alto número de operaciones que no demostraron su cumplimiento en el punto de entrada al país, cuando las mismas van a permanecer en la franja o región fronteriza, o sean destinadas al uso directo de la persona física que las importa, o aquellas que no van a expenderse al público tal y como son importadas”, explicó la Secretaría de Economía.
Por ello, ahora las mercancías industriales en las aduanas tendrán que entregar tres certificados en donde se demuestre su cumplimiento con las NOMs del país, mismos que son entregados por las Unidades de Verificación Acreditadas (UVAs).
Ante ello, Bustamante explicó que cuando concluya ese beneficio, sin duda se observará un “cuello de botella” en las aduanas, principalmente.
“Al eliminar el beneficio estamos en un serio problema, porque se ocasiona un cuello de botella en todas las aduanas del país. Como los importadores no podemos sacar la mercancía de las aduanas sin presentar este certificado NOM, tienen que pasar uno, tres o cinco días para que nos entreguen los resultados”, manifestó.
El directivo advirtió que al tener que dejar su mercancía en los almacenes dentro de las aduanas, deberán pagar por este servicio, lo que puede derivar en el incremento de costos al consumidor final, que en su caso son las armadoras automotrices; y éstas a su vez al precio de los vehículos.
Tan sólo en el caso de las autopartes, en los primeros seis meses de este año las mercancías que más se importaron fueron partes para carrocería, con 781 millones de dólares; motores, con 684 millones de dólares; cajas de cambios y sus partes, con 458 millones de dólares; asientos y sus partes, con 366 millones de dólares, entre otras, lo cual, según el directivo de la INA, está en riesgo con la nueva disposición.
Entre otras consecuencias, previó que se puede perder mercado en Estados Unidos y Canadá (principales socios en autopartes para el país), ya que los compradores del otro lado de la frontera podrán conseguir más rápido los insumos necesarios; por ello, advirtió Bustamante, se amenaza incluso el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en vigor desde el 1 de julio.
Abundó en que cuando la iniciativa se presentó ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), la industria en general dejó comentarios para que no se quitara esta normativa, porque consideraron que atenta contra el libre comercio, pero no fueron tomados en cuenta.
Por ello, informó, trabajan con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para manifestar de forma multisectorial que no están de acuerdo con esa decisión de las autoridades federales, al advertir lo que puede pasar: el paro de líneas de producción y el incremento de costos.
Asimismo, para el director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), José Luis de la Cruz, lo que se busca es tratar de garantizar que todos los insumos que utilizan las empresas en sus procesos no representen una competencia desleal y que realmente vayan a procesos productivos que no dañen el mercado.
El especialista señaló que, ante las dificultades que tiene la autoridad de revisar los procesos de forma detallada, se buscó con el decreto garantizar que en las certificaciones se pueda tener un mínimo de cumplimiento.
“En esencia es una forma en la que el regulador busca generar un primer elemento: el cumplimiento de los requerimientos”, concluyó.