En México se tiene una mayor conciencia de volver a reutilizar los deshechos, es decir, de la economía circular; sin embargo, hacen falta planes para el manejo de materiales en el que colaboren las autoridades, la sociedad y la academia, aseguró Miguel Delgado, presidente de la Comisión de la Industria del Plástico, Responsabilidad y Desarrollo Sustentable (Cipres).
En entrevista para La Razón, el experto indicó que es necesario que el Gobierno dé a conocer puntualmente estrategias de cómo se debe implementar la economía circular y así darle beneficios a las cadenas productivas del país.
El dato. El cemento, el acero, el aluminio y el plástico contribuyen de forma importante en el efecto invernadero global; con la economía circular, sus residuos se podrían reducir hasta 56 por ciento.
En contraste a las iniciativas que hacen falta en México, tan sólo en Europa, hay más de cuatro millones de empresas que ya son parte de esta tendencia, las cuales generan facturas mayores a 147 mil millones de euros, según datos de Daniel Calleja, director general de la dirección del Medio Ambiente de la Comisión Europea.
De acuerdo con una encuesta de Statista, las principales barreras para que las empresas decidan incorporarse a la economía sustentable son los insuficientes casos de negocios, alto costo logístico para reclamar bienes usados, falta de comprensión o educación de liderazgo ejecutivo y la carente comprensión del consumidor hacia esta tendencia que busca mejorar la relación empresarial con el medio ambiente.
En teoría, la economía circular se refiere a la forma en que la actividad produ tiva de un país o una empresa se correlaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantengan en las cadenas de valor el mayor tiempo posible y que reduzca al mínimo la generación de residuos, señala el sitio economiacircular.org.
Cabe recordar que México produce más de 44 millones de toneladas al año de residuos, y se calcula que llegue a 65 millones hacia 2030, de ahí la importancia de contar con una estrategia de reducción de desechos.
En el país, Heineken es una de las empresas que ponen en práctica esta forma de negocio. Blanca Juti, directora ejecutiva de Asuntos Corporativos de Heineken Internacional, mencionó que trabajan de la mano con una empresa vidriera, la cual necesita para fabricar su producto gran cantidad de calor, por lo que la energía calorífica que ahí se genera, la recuperan y utilizan como energía térmica. “Estamos generando sinergias con firmas próximas” geográficamente, comentó.
“Si las empresas contemplan a la economía circular desde el principio, de manera que no se gaste en cosas que se pueden volver a utilizar, de principio a fin, se va acabar ahorrando energía, agua, y recursos”, aseguró Blanca Juti.
Por su parte, Miguel Delgado comentó que éste es un tema más de conciencia en la empresas que del costo. “Una economía circular funciona gracias a tres niveles: Gobierno, con normativas correctas; sociedad, sabiendo el manejo de los residuos y la academia con información”.
El titular del Cipres también indicó que debe haber un proceso de adaptación, pues México al igual que el mundo está arrancando en el proceso de economía circular. “El costo pasa a ser secundario, lo que importa es que se sepa manejar bien los productos”.
Asimismo, refirió que hacen falta lugares adecuados de acopio, para manejar correctamente los residuos; a su vez es necesario tener buenos procesadores de éstos, así como la participación de la sociedad. “Se requiere inversión privada para hacer un buen manejo de los materiales”.
Cabe recordar que referente a lo anterior, la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) es el mayor reciclador de PET en México, con sus plantas PetStar e IMER, que procesan cerca de 85 mil toneladas anuales de botellas de este segmento, es decir, cerca de cuatro mil millones de botellas.
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