Las ventas de vehículos ligeros en México avanzan por el carril de alta velocidad. En los primeros ocho meses del año sumaron 857 mil 803 unidades, lo que significó un aumento anual de 23.60 por ciento, el mayor desde 2006 que hay datos disponibles, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Además, por primera vez superó los niveles registrados hasta antes de la pandemia de Covid-19.
La comercialización de autos fue mayor en tres mil tres unidades frente a lo observado entre enero y agosto del 2019 (854 mil 800); es decir, un aumento de 0.35 por ciento.
Tan sólo en agosto pasado, la industria automotriz de vehículos ligeros reportó la venta de 113 mil 873 unidades, lo que implica un incremento anual de 23.8 por ciento, el mayor para un periodo similar en registro y el número 16 de forma consecutiva.
Cuando se ve por volumen, la comercialización de unidades del mes es la más alta para un agosto desde 2018.
Nissan, General Motors, Volkswagen, KIA y Toyota lideraron las ventas, con 55.3 por ciento del total.
Los reportes del Inegi se basan en la información de 23 empresas afiliadas a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, Giant Motors Latinoamérica y Autos Orientales Picacho.
Optimismo. Al respecto, el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales, comentó que el incremento en el volumen de ventas es resultado de la mayor disponibilidad de unidades.
La crisis que generó la falta de semiconductores, dijo, se ha reducido de manera considerable, aunado a que hay una mayor resiliencia de los compradores para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado, lo que apuntala la recuperación del mercado.
Ante las cifras positivas difundidas por el Inegi, Rosales destacó que la AMDA modificó al alza sus expectativas de venta hacia el cierre del 2023, a un millón 345 mil 101 unidades, es decir, 2.1 por ciento por arriba de los niveles previos a la pandemia.
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, explicó que parte del resultado obedece a una demanda rezagada de unidades, luego de la menor producción que se registró meses atrás por la escasez de algunos insumos, entre ellos los chips.
Sin embargo, añadió, es un hecho que la actividad económica muestra una mayor dinámica, que se refleja en la comercialización de autos.
“Yo creo que todo esto tiene que ver con que a la economía mexicana le está yendo mejor por el nearshoring y ese impulso, incluso, está sobrepasando la dificultad que pudieran ocasionar las altas tasas de interés”, expuso la especialista.
Al respecto, Intercam Banco expuso que la perspectiva para el sector continúa siendo positiva, con la confianza del consumidor tanto local como de Estados Unidos resiliente, así mismo los recientes datos macroeconómicos de inflación y crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) generan un panorama económico positivo en el mediano plazo, lo que seguiría impulsando el consumo discrecional y, por ende, al sector automotriz.
“Finalmente, continuamos optimistas sobre los proyectos de nearshoring en el norte del país, y a la entrada de nuevos participantes como la compañía BYD”, expusieron analistas del banco.
Para analistas, la industria automotriz será una de las más beneficiadas por la relocaclización de empresas, el llamado nearshoring.
Entre las oportunidades que México representa para el este movimiento se encuentra su proximidad con Estados Unidos, así como contar con fuerza laboral grande y calificada, específicamente en los sectores de manufactura (automotriz) y tecnología, dice E&Y.