Blanca Heredia
Son muy jóvenes y guapos. Algunos de ellos son casi bonitos y cantan y bailan, también, “bonito”. Tonaditas pegajosas, movimientos perfectamente sincronizados, vestuario impecable y peinados con copetitos de distintas alturas y largos. Son el grupo musical 2PM, uno de tantos de la nueva industria de exportación coreana: ídolos musicales juveniles
El producto viene también en versión femenina. El más famoso Girls’ Generation está integrado por nueve jovencitas con bellezas para todos los gustos. El público objetivo son las preadolescentes (teens) del mundo entero. Los grupos de chicas se les ofrecen como modelo; los de chicos para que sueñen y se enamoren.
Estos grupos musicales son, junto con las series de televisión y el cine, el más reciente producto de exportación de Corea del Sur. Los grupos de cantantes coreanos dominan ya el mercado asiático y, recientemente, han empezado a incursionar en Europa y Estados Unidos. Las plataformas sociales como YouTube, Facebook y Twitter han sido fundamentales para la distribución global y explosiva de estos grupos. El video más visto de Girl´s Generation, como reportó recientemente el NYT, ha sido visto más de 60 millones de veces.
Como todo lo demás en Corea, nada de esto es espontáneo. La creación de ídolos musicales es el resultado de una planeación estricta y de regímenes brutales de entrenamiento para los ídolos e ídolas en formación.
Las compañías productoras reclutan a los chicos y chicas al final de la niñez sobre la base, en primerísimo término, de su belleza física. Ese atributo, como señaló recientemente un ejecutivo de una de las casas productoras de grupos musicales, es el más importante, pues es el que mejor “viaja” a través de lenguas y culturas. Una vez reclutados, esos niños y niñas reciben formación intensiva (10 horas diarias, 7 días a la semana) en canto, baile e idiomas.
¿Y nosotros? Frente a la máquina exportadora coreana en computadoras, televisiones o en barcos, quizá podíamos consolarnos pensando que ellos están mejor educados y son más disciplinados. Pero en materia de contenidos culturales, cuesta creer que no podamos entrarle al quite.
Sin mucha planeación y con apoyos muy escasos, la música mexicana ha logrado una presencia internacional muy importante. Fuera de México, uno se encuentra por todos lados, entre otros, a: Julieta Venegas, Luis Miguel, Paulina Rubio, Gloria Trevi, Café Tacuba, Maná. En música popular para el público masivo tenemos todo para hacerla en grande en: talento a manos llenas, emocionalidad desbordante, infinidad de registros y una larguísima historia de hacer música que mueve y conmueve a propios y extraños.
Estaría bueno organizarnos mejor para aprovechar el extraordinario potencial de México en materia cultural a todos niveles y dejar de pensar que el mercado lo hace todo solito. Convendría coordinar esfuerzos para que confluyan, por ejemplo, inversión y educación en la producción y exportación a gran escala de contenidos culturales para distintos públicos.
Ojala nos pongamos la pila. Sería una pena que, también en esto, nos acabara ganando Corea.