Salustio García Juárez
El gobierno actual está enfrentando, como una prioridad ineludible, el cambio estructural de del país para eliminar los obstáculos que se oponen o retardan el crecimiento económico. Todas las reformas ya aprobadas y las pendientes de realizar enfrentan sin embargo un enemigo común: la Economía Informal.
La necesidad de llevar a cabo las llamadas Reformas Estructurales era una demanda insistente en nuestro país. Por una serie de razones –más bien políticas– no se habían realizado en los anteriores sexenios responsabilizando sistemáticamente su realización a la administración siguiente. Este gobierno finalmente “tomó el toro por los cuernos” y en el marco del Pacto por México se han aprobado las reformas de telecomunicaciones y financiera y faltan de forma destacada –económicamente hablando– la hacendaria y la energética (PEMEX). Adicionalmente a finales del sexenio anterior se aprobó la reforma laboral que actualiza las relaciones obrero-patronales a las condiciones económicas actuales. Casi todas sin embargo enfrentan una limitante común identificada en la economía informal. Veamos tres de las reformas.
Laboral. Flexibiliza la relación contractual con el ánimo de beneficiar a ambas partes permitiendo la generación de nuevos empleos al reducir el costo laboral a los empresarios. La realidad es que del universo de empresas en México el 95.2 por ciento son micros y pequeñas, prevaleciendo ampliamente las primeras, caracterizadas por trabajar al margen de lo establecido por las leyes, forman parte de la economía informal. Contradictoriamente este sector de micros y pequeñas empresas tiene la particularidad de ser ampliamente generador de empleos, sin embargo y por razones obvias, las modificaciones a la ley Federal del Trabajo resultan letra muerta.
Financiera. Tiene como objetivo “que se preste más y más barato, manteniendo sus prácticas prudenciales y mejorando la eficiencia del sistema financiero”. El objetivo es claro y preciso para todas las empresas que estén debidamente instaladas conforme a derecho. Esta reforma se enfrenta con un gran escollo, que al igual que la anterior, es la economía informal. Es evidente que los bancos prestan a las empresas que están debidamente legalizadas y cumplen con todos los requisitos solicitados. Las empresas que no tienen esas características simplemente no son sujetos de crédito.
Hacendaria. Su finalidad es aumentar la recaudación y racionalizar el gasto público. Dejando de lado la parte del gasto es evidente que las modificaciones en los diversos elementos de los impuestos –prioritariamente ISR e IVA- inciden únicamente en las empresas ubicadas dentro de la economía formal razón por la que nuevamente dicha reforma se verá limitada por la economía informal.
Objetivamente las líneas anteriores identifican de manera diáfana que en tanto no se enfrente a la economía informal las reformas que se realicen no rendirán los resultados apetecidos. Una cosa es la ley y otra muy diferente la terca realidad.
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