José Manuel Herrera.
Mientras las expectativas de crecimiento para este año se encuentran en su menor nivel, en 2.75%, la confianza de los consumidores ha caído en los últimos cinco meses de manera consecutiva.
El viernes los resultados de la Encuesta de Expectativas levantada por Banamex entre analistas financieros, prácticamente confirmó la estimación de crecimiento promedio para este año, obtenido en la encuesta realizada por el Banco de México entre especialistas del sector privado, de que el crecimiento para este año será de aproximadamente 2.7%, la tasa más baja desde que se tiene registro e inferior a la revisión hecha por la Secretaría de Hacienda, que todavía la ubica en 3.1 por ciento. Para el segundo año de gobierno ambos ejercicios de proyección económica ubican el crecimiento promedio en una tasa ligeramente menor al 4.0 por ciento.
Esto, a pesar de la gran expectativa que ha causado la aprobación de reformas estructurales inimaginables hasta hace un par de años, tales como la laboral y la de telecomunicaciones y competencia, y la amplia posibilidad de que se presenten otras de “gran calado” en el próximo periodo de sesiones, como la energética y la hacendaria.
Sin embargo, estas mejores persectivas de cambio en materia económica han permeado cada vez menos en el ánimo de los mexicanos. La confianza de los consumidores, que al inicio de esta administración alcanzó su mayor nivel desde principios del 2008 (antes de la más reciente recesión producida por la crisis financiera global) ha retrocedido 5.8% en el último semestre.
Actualmente los mexicanos no consideran que la situación del país y la de sus hogares esté mejor que el año pasado, ni tampoco que la economía nacional y la de sus familias estarán dentro de un año en una mejor condición que la actual. Del mismo modo, los consumidores ven cada vez más reducidas sus posibilidades de adquirir bienes como muebles, televisores, lavadoras y otros aparatos electrodomésticos. ¿La razón? La generación de empleo sigue el mismo comportamiento inercial de los últimos años y los salarios nuevamente están perdiendo poder adquisitivo.
Después de las elecciones locales de este domingo veremos si existen las condiciones políticas para que se renueve el compromiso por cambios que mejoren la situación económica del país y que se refleje en el bolsillo de los mexicanos.
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