Crecimiento y subejercicio

José Manuel Herrera.

En un hecho sin precedente, el gobierno de Enrique Peña atajó las acusaciones de analistas y empresarios de que la desaceleración de la economía mexicana es producto de un subejercicio en el gasto público.

Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó la actualización de sus Perspectivas de la Economía Mundial, donde pinta un panorama bastante desalentador para la recuperación global y la de México. Primero, restó dos décimas de punto porcentual a su proyección de crecimiento del mundo para ubicarlo en 3.1%; segundo, bajó a 1.2% el correspondiente a Estados Unidos, nuestro principal socio comercial; tercero, la estimación para las economías emergentes fue la más pronunciada, al reducirla a 5.0%, y para la Zona Euro estimó un segundo año de recesión.

En el caso de México, el pronóstico es de un crecimiento de 2.9% para este 2013, una tasa inferior a la meta oficial del gobierno, que es de 3.1%; sin embargo, se prevé que el dinamismo económico será mucho mejor para el cuarto trimestre del año, cuando el producto estará evolucionando a un ritmo de 3.6 por ciento.

Gasto. No pasaron ni ocho días desde que finalizó el primer semestre, cuando Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, aprovechó su participación en el anuncio de la Estrategia de contratación de bienes, servicios y arrendamientos del gobierno, para informar que al cierre de la primera mitad del año, las dependencias del gobierno federal habían erogado el 99.1% de su presupuesto programado; es decir, ejercieron 437,870 millones de pesos, de los 441,846 millones programados para este periodo.

Es cierto que el gasto programable de las dependencias federales sólo representa el 22% del presupuesto total y que será hasta el 30 de julio cuando la Secretaría de Hacienda entregue al Congreso su informe completo de finanzas públicas, pero resulta significativo que el titular de Hacienda ataje las acusaciones, directas e indirectas, de analistas y empresarios de que el gobierno es el responsable de la marcada desacaleración que registró la economía en la primera mitad del año.

No obstante, si el presupuesto ya va en línea con lo programado, en los siguientes meses se encaminará a un déficit cero que no favorecerá el dinamismo de la economía, más allá del impulso de la inversión privada y la demanda de EU, y por ello no será un semestre fácil.

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