El mundo en vilo

José Manuel Herrera.

La Reserva Federal de Estados Unidos mantiene en la incertidumbre a los mercados financieros, los cuales operan con alta adicción a una masiva inyección de estímulos monetarios.

La minutas correspondientes a la más reciente reu-nión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal que se publicaron a media semana, matuvo las dudas sobre la fechas de relajamiento monetario en Estados Unidos; es decir, a partir de cuando el banco central estadounidense reducirá gradualmente su programa de inyección de liquidez a través de la compra de títulos gubernamentales.

¿Por qué? Porque la Reserva Federal de la mayor economía del mundo espera señales de mejoría en el mercado laboral y mayor confianza en las perspectivas de crecimiento económico. Recordemos que su presidente Ben Bernanke ha explicado que, en principio, es apropiado continuar con los estímulos monetarios hasta que el desempleo se aproxime a 7%, que se espera sea hasta mediados del 2014.

Por ello, la mayoría de los analistas financieros anticipan que la Reserva Federal compenzará a reducir su programa de compra de 80 mil millones de dólares mensuales en septiembre y lo concluirá precisamente en junio del próximo año.

Además, en general los miembros del Comité de la Reserva Federal continúan anticipando que será apropiado mantener el “nivel excepcionalmente bajo” de la tasa de Fondos Federales por un periodo considerable de tiempo después de que haya concluido el programa de compra de bonos.

Las proyecciones económicas del banco central estadounidense son más optimistas que las publicadas recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para éste y los próximos dos años: en materia de crecimiento la estimación promedio de los banqueros centrales es de 2.5% en este 2013, 3.3% en el 2014 y 3.0% en el 2015.

Esta trayectoria de la economía permitiría una reducción de la tasa de desempleo de 7.3% a finales de este año, 6.8% en el 2014 y 6.2% en el 2015, la cual sería consistente con la intención de reducir los estímulos monetarios en una contexto de recuperación económica con baja inflación.

Para México este mayor dinamismo de la economía estadounidense es una buena noticia, pues hacia allá se canaliza más del 80% de sus exportaciones, pero deberá sortear la presión sobre las tasas de interés y el tipo de cambio.

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