José Manuel Herrera.
El comportamiento de la actividad industrial en México (que incluye manufacturas, construcción, minería y electricidad) registró un estancamiento en los primeros cinco meses del año.
La Junta de Gobierno del Banco de México, encabezada por Agustín Carstens, advirtió el viernes pasado que los riesgos a la baja para la actividad económica en el país se han elevado “a la luz de la rapidez y profundidad con la que se ha dado la desaceleración de la economía”. Esto, a pesar de que se espera que el ritmo de la actividad productiva aumente en el segundo semestre del año.
El banco central detalló que la información más oportuna sobre la economía sugiere que la desaceleración que se ha venido registrando desde la segunda mitad del año pasado se acentuó de manera importante en el segundo trimestre del 2013, “como reflejo de una considerable desaceleración de las exportaciones y de la debilidad en el gasto interno”.
Los datos más recientes sobre la actividad industrial a mayo, que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presidida por Eduardo Sojo, ilustra la gravedad de la desaceleración a la que se refiere el Banco de México. Como se puede observar en la gráfica de abajo, las cuatro medidas anuales del comportamiento de la industria en su conjunto registran un estancamiento:
1) En mayo el índice de actividad industrial repuntó 0.5%, cuando en el mismo mes del 2012 su crecimiento fue de 3.9 por ciento.
2) En ese mismo mes, corregido por efectos del calendario, el sector industrial tuvo un aumento de 0.4%, contra 2.6% de un año antes.
3) Considerando las series originales, el crecimiento promedio anual en los primeros cinco meses del año fue negativo, de -0.1%, que contrasta con el crecimiento reportado para el mismo periodo del 2012, que fue de 4.6 por ciento.
4) Finalmente, con series corregidas por efectos del calendario, el dinamismo promedio de enero a mayo fue marginal, de 0.1%, contra el 4.0% registrado en los primeros cinco meses del año pasado.
También puede calcularse el crecimiento promedio anual de los últimos 12 meses, el cual se ubicó en 1.6%, que es la tasa más baja desde mediados del 2008, antes de que el país resintiera los efectos de la crisis financiera global.
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