El fardo fiscal que agobia a Pemex

Emilio Sánchez Santiago

La opinión pública está pendiente de la reforma en materia petrolera que el gobierno federal presentará en los próximos meses. Los partidos políticos están posicionándose en este tema; el Partido Acción Nacional ya presentó su iniciativa, la cual va muy lejos e intenta una transformación radical en el campo petrolero. El Partido de la Revolución Democrática ha expresado ya su oposición a cambios que impliquen una reforma constitucional. El PRI espera que sea el propio Presidente Peña Nieto quien lance su iniciativa en el Congreso.

No hay duda de que las opiniones en torno al modo en que debe cambiar Pemex son diversas e incluso opuestas. En los próximos meses veremos un debate intenso sobre el futuro de Pemex, y sobre el campo energético en general.

Hay sin embargo dos temas en los cuales este articulista cree que es posible llegar a un consenso entre los actores políticos. El primero de ellos es la enorme carga impositiva que el Estado mexicano impone sobre Petróleos Mexicanos, y el segundo se relaciona con la injustificada carga laboral que el Sindicatode Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

La tabla adjunta presenta datos oficiales sobre los resultados financieros alcanzados por Pemex a mayo de este año.

Las cifras de Pemex hablan por sí mismas, y ofrecen información dura sobre la cual se puede discutir. En primer lugar se observa que las ventas han crecido durante el periodo bajo análisis, auxiliadas por la firmeza del precio de la mezcla de exportación. Cabe recordar al lector que esta tabla refleja “flujos de efectivo”, en vez de datos contables devengados no realizados. La segunda observación relevante es la fortaleza de ambos, el Balance Operativo y el Balance Primario antes de Impuestos. Como puede constatarse, ambos flujos han sido crecientes en los primeros cinco meses de este año. Estos números sugieren que a pesar de las limitaciones exógenas y endógenas de Pemex, la empresa ha alcanzado resultados “operativos” satisfactorios y crecientes.

La misma tabla pone de manifiesto el grave obstáculo al que se enfrenta Pemex al tener que pagarle al fisco mexicano los impuestos, derechos y aprovechamientos. Como se puede constatar, esta carga fiscal ha representado hasta el 62.7% de la ventas netas de Pemex en el mes de abril del presente año; la carga fiscal más baja, fue la pagada en mayo, cuando la empresa pagó a la SHCP el 45.3% de sus ingresos netos.

La existencia de una carga impositiva tan onerosa como la que tara a Pemex, debe ser motivo de reflexión para los líderes del Poder Ejecutivo federal, y para los legisladores federales. Independientemente de que se adopten otras medidas, es imperativo que esa carga fiscal se ajuste a la baja, a efecto de que Pemex guarde un porcentaje mayor de los ingresos que obtiene por sus ventas. También es importante que los Poderes de la Unión encaren, de una vez por todas, la urgencia de elevar impuestos a la población, de manera que el presupuesto federal no dependa de la mal llamada “renta petrolera”. De otra manera seguiremos matando a la gallina de los huevos de oro.

salustiovi@hotmail.com

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