Algunas razones que justifican la reforma petrolera

Salustio García Juárez

La reforma petrolera ha estado en el centro del debate en las últimas semanas con dos posiciones definidas pero diametralmente opuestas. El problema existe y el diagnóstico más superficial arroja resultados verdaderamente desalentadores por lo que es insoslayable llevarla a cabo, ya.

Las reservas probadas, probables y posibles suman casi 40 mil millones de barriles de petróleo crudo, lo que asegura un horizonte de 10 años al ritmo de extracción anual, muy por debajo del mínimo recomendable que es de 25 años. Pese a lo anterior, México tiene grandes reservas potenciales convencionales (55 mil millones de barriles) y no convencionales (shale oil y gas) estimadas en 60 mil millones.

La plataforma de producción presenta una tendencia decreciente. En el periodo 2004–2013, las cifras lo confirman, al pasar de 3.4 millones de barriles diarios en el primer año a 2.5 millones en 2013, con montos menores en cada uno de los años consecutivos. La producción de crudo está declinando de forma consistente y acelerada, por lo que de seguir así (sin reforma) seguramente se cumplirá la ominosa profecía del secretario de Energía externada el 5 de los corrientes, México se convertirá en importador de crudo en 2016.

De manera similar se presenta el comportamiento de la plataforma de exportación. De 1.403 millones de barriles diarios comercializados en 2008 disminuye a 1.167 millones en 2013, con ligeros aumentos en 2010 (1.361 millones) y 2011 (1.338 millones) que se explican por la recuperación de la economía estadounidense, luego de la fuerte recesión de 2008–2009, lo que no rompe la tendencia a largo plazo.

Ante la insuficiente capacidad de refinación de PEMEX, éste importa petroquímicos y gas natural. Una vez más se observa un comportamiento similar a los anteriores sólo que en sentido opuesto. Los barriles diarios aumentan consistentemente al paso del tiempo, 552.5 en 2008, 627.3 en 2010 y 669.4 en 2012, estimándose una cifra menor en este año debido a la desaceleración económica presente. El mercado de las gasolinas es paradigmático. En 1997 se importaba ya un 25 por ciento del total consumido en el país y para 2012 el porcentaje ascendió al 49 por ciento. Tenemos petróleo crudo pero no petroquímicos suficientes.

PEMEX es el principal contribuyente del gobierno federal. Proporciona aproximadamente un tercio del total de los ingresos, lo que ocasiona que la empresa no pueda contar con los recursos mínimos para invertirlos en aras de su crecimiento futuro, pero lo más grave, la insuficiencia es tal que técnicamente está quebrada.

El elemento común que lo explica es que PEMEX carece de capacidad financiera para invertir en la prospección, exploración y extracción del crudo por lo que es prioritaria una reforma que le permita operar como cualquier otra empresa —sin ser la caja ¿chica? del gobierno federal— y además abrir la participación de capitales privados, continuando como empresa pública y sin perder el Estado la rectoría económica. Es de sentido común.

salustiovi@hotmail.com

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