Gil Gamés
Al final, Gil Gamés obtuvo el libro que buscaba: Poesía reunida de Juan Gustavo Cobo Borda, el gran poeta colombiano. Publicado por Tusquets en 2012, esta reunión de poemas incluye trozos de la poesía de El animal que duerme en cada uno, La musa inclemente, Los poetas mienten, Cuando papá perdió la guerra y Nuevos poemas. Escribió Octavio Paz en su momento: “Ironía, lirismo, sensualidad, lucidez: con estos elementos contradictorios, Cobo Borda ha hecho poemas que me seducen de veras y que me parecen entre los mejores de la nueva poesía de nuestra lengua”. Viernes de amigos verdaderos, nada mejor que un puñado de estos poemas con Glenfiddich 15. Vengan:
Retórica
Que tus errores no sean fruto del azar o del prejuicio
sino que tú los elijas
como quien elije un remordimiento
y el consiguiente castigo.
Y que conozcas, por fin,
tu íntima flaqueza y una abyección distinta.
Inútiles tus disculpas ante esto que aflora:
la cursilería tan de mal gusto.
Y que ojalá la libertad, arduamente conseguida,
te devore y anule
concediéndote la dicha inadjetivable
de ser tú mismo
o sea nadie, nada;
apenas algo que se repite y repite.
···
Roncando al sol, como una foca en las Galápagos
Es tan deleznable la poesía amorosa,
tan llena de ripios,
que no puedo dejar de escribirla.
Tú subviertes mi flácida rutina
y aún así desfallezco en cada línea.
Todo me incita a la modorra de los sentidos.
Única certeza
en estos tiempos de oprobio y ruido
tu lustrosa energía.
Especie a punto de extinguirse
en la arena del sueño juego contigo.
···
Súplica
Permíteme ser invisible.
Flotar en torno tuyo.
Ahogado cuando no te percibo,
Como un niño con asma ruego me alivies.
···
Un mal día
De tanto afán, entrega, encanto;
Tanto fuego, promesas, raptos
no subsistirán ni estos versos malos.
Insulsos como charla de abogados
o conversación amorosa
cuando el amor se ha esfumado.
···
¿Perdí mi vida?
Mientras mis amigos, honestos a más no poder,
derribaban dictaduras,
organizaban revoluciones
y pasaban, el cuerpo destrozado,
a formar parte
de la banal historia latinoamericana,
yo leía malos libros.
Mientras mis amigas, las más bellas,
se evaporaban delante de quien,
indeciso, apenas si alcanzaba
a decirles la mucha falta que hacen,
yo continuaba leyendo malos libros.
Ahora lo comprendo
en aquellos malos libros
había amores más locos, guerras más justas,
todo aquello que algún día
habrá de redimir tantas causas vacías.
···
Consejos para sobrevivir (fragmento)
Tu recuerdo me acorrala
y un animal débil, acezante,
cura sus heridas con paciencia.
Me huelo buscando en mi piel
huellas de la tuya
y hay algo ciertamente espantoso
en dormir sin ti.
Repito,
Un poco cansado de recalcar lo obvio,
que te quiero y ojalá nunca me olvides.
Pero esto es, o pretende ser,
un poema de amor.
Borra el énfasis,
diluye todo grito patético
y recuerda que la mayor sabiduría
consiste en desaparecer a tiempo.
gil.games@3.80.3.65
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