Héctor Yunes Landa
Por Héctor Yunes Landa *
En el Senado de la República se trabaja intensamente en la aprobación de las leyes secundarias en materia energética que, sin duda, impulsarán la dinámica de este estratégico sector en beneficio de los mexicanos.
Ante el clamor ciudadano y el potencial energético de nuestro país, el Presidente Enrique Peña Nieto y los legisladores federales priistas asumimos, entre otros compromisos, lograr mejores tarifas eléctricas y del precio del gas, en apoyo a la economía familiar y para elevar la competitividad, ya que en comparación con otros países, la energía eléctrica en México es muy cara.
Durante el primer trimestre de 2013, la tarifa promedio de la Comisión Federal Electricidad fue 25 por ciento mayor a la de Estados Unidos y, sin subsidios, la diferencia es 73 por ciento por arriba.
En México tenemos 44 tarifas agrupadas en cinco sectores: doméstico, agrícola, servicios, comercial e industrial. Los tres primeros cuentan con subsidios de forma regular, mientras que los usuarios no subsidiados pagan sobrecostos altísimos: en el sector comercial de 135 por ciento y en el industrial de 84 por ciento. Esto no puede seguir así. Nuestro interés al aprobar las leyes reglamentarias de la reforma energética es, entre otras razones, propiciar la reducción de las tarifas eléctricas: quien tiene menos, que pague menos. Por ello, estamos dando los elementos legales para atraer inversionistas que permitan reducir costos del sistema eléctrico al usar tecnología que utilice combustibles más baratos y menos contaminantes, que contribuyan a disminuir las pérdidas de energía al momento de su distribución. No hay megawatt más barato o limpio, que el megawatt que se ahorra.
Asimismo, se definen con mayor claridad las reglas de importación de energía eléctrica de bajo costo; se incluyen mejoras en el uso y ocupación superficial de la tierra para garantizar que los derechos de los ciudadanos se respeten en todo momento, y se asegure que todos los mexicanos cuenten con electricidad, alcanzando la cobertura universal mediante un Fondo de Servicio Universal.
Aunado a lo anterior, se legisló para aprovechar el inmenso potencial geotérmico que tiene México: se aprobó la Ley de la Energía Geotérmica, que es más amable con el medio ambiente y más barata en su producción, incluso que la energía solar o la eólica.
La naturaleza ha sido generosa con nuestro país al otorgarnos una gran capacidad de producción geotérmica. Ocupamos el cuarto lugar a nivel mundial con un estimado 10 mil megawatts, sin embargo, la CFE sólo cuenta con capacidad instalada para producir poco menos de mil megawatts. Somos el único país en Latinoamérica con conocimiento integral en energía geotérmica, desde su exploración hasta la producción; de ahí la importancia de aprobar el marco jurídico necesario para explotar al máximo este recurso existente y renovable.
Que no quede duda. Con estas nuevas leyes daremos paso, en el sector eléctrico, a más inversión y más empleo, más competencia, mayor innovación y eficiencia, que redundará en abasto oportuno y mejores tarifas eléctricas. En el Senado estamos trabajando por ti y estamos dispuestos a ser corresponsables con las acciones transformadoras emprendidas por Enrique Peña Nieto, quien tiene real interés de llevar a México a la modernidad y al desarrollo económico, bajo un respeto legal sin precedentes.
* Senador de la República por el estado de Veracruz
