Jorge Luis Lavalle Maury
Han sido semanas peculiarmente difíciles para todos los mexicanos. Los terribles hechos ocurridos en Iguala, han desatado reacciones en muchos sectores de la sociedad mexicana y también a nivel internacional.
El desánimo generalizado se transformó en hartazgo. Es un terrible error no entender que se trata de una protesta generalizada hacia toda la clase política, sin distingo partidista; los ciudadanos están fastidiados de que la realidad rebase a los distintos órdenes de gobierno.
Es un terrible error creer que es problema de unos y no de las instituciones que han evidenciado su debilidad, y desafortunadamente vemos que lo que sigue ocurriendo pareciera ser un concurso de definir quién es el menos culpable de los hechos.
Precisamente, porque es un tema de Estado al dejar al descubierto debilidades institucionales, es grave que el gobierno federal haya quedado sobrepasado en esta crisis y pensar que la violencia desatada por el crimen organizado desaparecería por el simple hecho de no hablar de ella y hablar de otros temas.
En otras ocasiones escribí que era un error resaltar los logros del Legislativo como si fueran del Ejecutivo, hoy estamos pagando las facturas de un gobierno con mucha política, mucha retórica y poca ejecución institucional.
Las reformas alcanzadas por el Congreso de la Unión, son el mejor ejemplo de la capacidad de la mayoría de las fuerzas políticas para hacer lo mejor para México, sin embargo, hoy están empañadas por los errores, omisiones y una errática toma de decisiones en la crisis.
Resultaría irresponsable creer que la implementación de dichas reformas no tiene riesgos por la situación actual. Este es el momento en el que el Ejecutivo debe hacer una pausa, reconocer errores, hacer ajustes, y decirnos cuál será la ruta a seguir en lo subsecuente, la cual debe ser clara y adecuada, buscando el consenso, que la simple lógica y búsqueda del bien común debe arrojar el respaldo de todos. Escuchemos, analicemos, veamos qué necesita México de nosotros, actuemos y después juzguemos en función del bien del país.
México necesita encontrar el camino más corto posible hacia la reconciliación, esa es tarea de todos los mexicanos. No podemos buscar la paz a través de la violencia.
Vencer la indiferencia, por medio de una sociedad activa, solidaria, que se manifiesta, es el primer síntoma de recuperación, pero aún aquí, debemos ser muy cuidadosos, debemos rechazar cualquier expresión violenta, venga de donde venga.
El clamor ciudadano que se ve para cualquier lado al que volteamos, debe permanecer así, como la exigencia de resultados; y debe comenzar a ser entendida por todos los actores políticos; pero sobre todo debe ser entendida por los ciudadanos; el 2015 representa la mejor oportunidad de manifestarse, las urnas son el espacio ideal para que los ciudadanos decidan hacia dónde caminar.
El próximo año debemos estar muy atentos al mandato que los ciudadanos hagan, nuestro futuro es lo que está en juego, y así debemos asumirlo.
Insisto, la reforma más importante que todos debemos implementar es la #ReformadeActitud.
Twitter:@JLavalleMaury