Honorable rector:
Es un enorme placer para su seguro servidor poder saludarlo con todo el cariño y el respeto que usted me merece.
Sin duda un gran honor para sus el seguro servidor.
El motivo de mi carta semanal es para felicitarlo calurosamente por la apertura de sus nuevas, sencillas y humildes universidades, que usted financió con la ayuda espontánea de sus colegas y amigos. Sin duda, mi querido honorable rector, otro gran logro de usted.
Eso de abrir universidades donde usted gobierna
—perdón—, su partido gobierna, —perdón otra vez—, el partido al que usted simpatiza, es sencillamente magnífico.
Sobre todo ,mi admirado amigo, con el extraordinario diseño gráfico que le dio a sus fachadas.
Diseños retro de autolavados, de tintorerías y bodegas en sus fachadas que hacen de sus universidades escuelas con visión del siglo XXI. Ese retrolook es lo de ahora. También, mi estimado rector, lo quiero felicitar por su escuela de medicina.
Otro gran logro. Una escuela de medicina sin equipos técnicos básicos, como el de rayos X, hará de esta gran escuela una escuela fuera de serie. Los futuros médicos que se gradúen de ahí saldrán aprendiendo como los discapacitados visuales aprenden con Braille.
Con pura imaginación y uno que otro documental de YouTube. Sin duda, médicos perfectamente capacitados, casi iguales a los que salgan de la UNAM.
¿Pero sabe lo que realmente me molesta de todo esto? Es que la pinche mafia del poder quiera bloquear este grandioso proyecto que usted inventó. De verdad que da coraje.
¿Por qué lo joden y joden todos los días de que sus universidades no pueden operar porque? ¡No tienen permiso de la SEP! Y ¿cómo no va a dar coraje cuando privilegian un pinche trámite burocrático antes que operar las universidades?
Y a pesar de todo esto, ¿sabe lo que más admiro de usted?: Su se-re-ni-dad… ¡Qué bárbaro! En lugar de hacer declaraciones estrepitosas, les dice con su se-re-ni-dad que está muy claro de dónde vienen todos estos ataques.
Ya ni siquiera es necesario mencionar la mafia del poder. Es obvio... En fin, mi querido rector don Andrés, hagamos como el Quijote: “Los perros ladran, Sancho...” “Significa que existimos”… “Sigamos adelante con nuestro camino”.
También quisiera felicitarlo por el nombramiento del honorable Bernardo Bátiz como director de la escuela de derecho. Un ganador.
Otro candidato al que le fue robada la elección como candidato a la delegación Benito Juárez.
Otro gran exprocurador de Justicia que sin duda va a aportar su gran experiencia a los alumnos.
Y así me podría alargar con unas tres cartas más para expresarle mi admiración. En conclusión, mi estimado amigo: Lo admiro mucho. ¡Es usted lo máximo!
Su trayectoria ahí está. Desde compositor a rector. Desde tres veces candidato a la Presidencia a cuatro, cinco y seis veces. Esa perseverancia nos dice todo.
Desde ser un humilde priista a un orgulloso perredista y de un orgulloso perredista a un sencillo y humilde empresario. Mi querido rector: Ya con ésta me despido.
Le suplico que siga luchando y luchando. No se deje de nadie. Nosotros estaremos siempre atrás de usted para apoyarlo y defenderlo. Se despide de usted con todo el afecto del mundo su primer admirador, Juan Charrasqueado.
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