Hace dos semanas, un analista de seguridad encontró los datos
nombres, edades y domicilios de todos los mexicanos disponibles en Internet.
El analista, Chris Vickery, descubrió que el padrón electoral, con más de 93 millones de registros, estaba a la vista de cualquiera; información altamente confidencial y a la que sólo el Intituto Nacional Electoral (INE) —porque la recaba y administra— y los partidos políticos —con fines exclusivos de verificación— debiesen tener acceso.
Pero estaban ahí, públicos, y sólo bastaba llegar a la dirección electrónica correcta para descargar su información, lector, la de su familia y la de cualquier otra persona empadronada.
Con velocidad, autoridades electorales, partidos y candidatos se deslindaron de la filtración; cruzaron acusaciones aunque con poco sustento, como notoriamente fue la de López Obrador al señalar a uno de sus enemigos de sombra preferidos: Felipe Calderón —el otro es Carlos Salinas—, junto con el PAN y la ahora aspirante a la presidencia Margarita Zavala.
Sin embargo, el lunes por la noche, antes que cualquier otro medio, el portal Politico.mx dio a conocer que el principal sospechoso era un viejo aliado de AMLO: el partido Movimiento Ciudadano.
Al día siguiente, los consejeros del INE no quisieron responder cuestionamientos para respetar el derecho de audiencia, dijeron, del partido identificado como el responsable de la filtración; y otros medios especulaban sobre la posible responsabilidad del PAN y el Verde, entre otros sospechosos comunes.
Pero Dante Delgado, coordinador nacional del partido naranja, no tuvo más remedio que aceptar que el
padrón era de ellos.
Movimiento Ciudadano es el mismo partido que fue sancionado este año por publicar el padrón en 2013 y no resguardarlo bien; la multa por esa falta fue de 76 millones de pesos.
En su defensa, Delgado se intentó lavar las manos y dijo que la filtración había sido culpa de un hacker profesional, el cual habría esquivado la seguridad de Amazon Web Services que, si bien no es inviolable, sí es uno de los servicios más confiables del mundo.
Lo cierto es que, como lo denunció Chris Vickery hace una semana, el padrón electoral estaba accesible sin contraseña, es decir, sin seguridad o protección.
Las huellas digitales que se añaden a los padrones que reciben los partidos tienen la finalidad de detectar casos como éste; y Movimiento Ciudadano violó la seguridad de todos los mexicanos, buscando culpar a un ente cuando la empresa a la que entregaron el padrón no lo resguardó.
El partido Movimiento Ciudadano debiese recibir una sanción ejemplar, de tal magnitud que desincentive a otros a que ni mis datos personales ni los de nadie estén a la vista de alguien que “se encuentra” o puede comprar una base de datos; menos aún una que se forma cuando los ciudadanos cumplimos con la ley y nos empadronamos, dando información al INE.
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