Igualdad sin mezquindades

El Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa para garantizar el derecho al matrimonio igualitario y el reconocimiento de derechos de la comunidad transgénero. Hay que decirlo: es una de las mejores y más completas que se pudieron haber redactado.

Si usted le presentase esa propuesta a una ONG de la mayor avanzada, ese colectivo no dudaría en suscribirla, hacerla suya y sumarse a buscar firmas para presentarla como iniciativa ciudadana.

Sin embargo, siendo como es nuestra clase política, en su profunda mezquindad ha decidido restarle méritos a la iniciativa, regatearle al Presidente y acusarlo de querer subirse a un tema que no es suyo y hacerlo con fines electorales.

Por muchos años, quienes hemos impulsado desde distintas trincheras la agenda de derechos de la comunidad LGBTTTI esperamos que políticos de alta influencia la retomaran, que los partidos mayoritarios —los que se dicen progresistas— la empujaran y que el presidente en turno la abanderara o, de menos, que no se opusiera a ella.

Andrés Manuel, dos (casi tres) veces candidato presidencial de la izquierda, siempre le ha restado importancia para ocultar su conservadurismo; Fox y Calderón no se sumaron porque son de un partido de derecha. Y a Peña, que la presenta de cara a la comunidad, le restan méritos porque es un adversario político.

Algunos políticos y dirigentes de ONG’s ya decidieron no acompañar la iniciativa presidencial no porque no sea la ideal, sino porque están llenos de prejuicios contra el Presidente.

Muchas de las voces que abren fuego contra su iniciativa están dispuestas a torpedear la agenda para no secundar a Peña Nieto. Su mezquindad debería avergonzarles.

Hoy no somos un país moderno y democrático; no tenemos una ciudadanía plena ni una oposición útil o constructiva. Si lo fuéramos, la oposición no dinamitaría una posibilidad de avance tan sustancial como esta porque el emisor no es de su partido.

Cuando uno está convencido de una agenda debe festejar sus triunfos sin importar que se originen en otro escritorio. Hoy, los partidos de izquierda y las ONG’s tendrían que estar sumándose a raudales a la iniciativa presidencial y no regateándola desde sus rincones.

Tendríamos que sumarnos todos a la iniciativa, demandar al PRI que se decante a favor de los derechos y la empuje en el Congreso; llamar a la izquierda a no ser un obstáculo y exigir a Morena que se defina si es un partido progresista o conservador.

Quienes se opongan serán cómplices de homofobia y transfobia, de la discriminación y de los crímenes de odio.

Digámoslo sin ambages: la iniciativa de matrimonio igualitario del Presidente es muy buena; seremos un país más justo si logramos que se modifique la constitución para reconocer que el amor no debe limitarse a las buenas costumbres.

luciano.pascoe@gmail.com

Twitter: @lucianopascoe

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