Sucumbieron a la tentación del ojo por ojo dos empresas mexicanas, Grupo Coconal y Experiencias Xcaret, ante la decisión de la automotriz estadounidense Ford de cancelar su inversión por mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí, México, tras amenazas de quien a partir del próximo viernes será el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Ambas enviaron cartas a directivos de Ford en México para notificarles que este año dejarán de comprarle
vehículos, lo que encendió en redes sociales el sentimiento “patriota” y se les puso como ejemplo de lo que deberían hacer las demás empresas mexicanas.
Una reacción de estas compañías, que si bien respetable, es irracional en términos del beneficio nacional. Porque dejar de comprar a Ford implica poner en riesgo cerca de ocho mil 800 empleos de mexicanos que trabajan en las cuatro plantas que esa automotriz tiene en México. Ellos y sus familias serán las víctimas directas de ese “patriotismo” que más bien se asemeja a la venganza.
Lo advirtió apenas el jueves pasado Jaime Serra Puche, uno de los principales negociadores del TLC que entró en vigor en 1994 y que ahora Trump busca renegociar o romperlo. Un riesgo, dijo, sería entrar con Trump en una guerra comercial caplicando el “ojo por ojo, diente por diente”, lo que es lo mismo, acentuó, que “darse un tiro en el pie”.
¿Y qué pasa con empresas que ya tienen flotilla de Ford y que eventualmente decidieran seguir la ruta
de Coconal y Xcaret? Tendrían que dejar de comprar, además de autos, refacciones a Ford para el mantenimiento de sus vehículos. Es decir, dejar que esos automóviles que se hagan inservibles y adquirir flotillas de otra marca, por supuesto recortando recursos en otras áreas. Por ejemplo en personal.
Así que atentos: si bien Ford no construirá su nueva planta en México, tampoco ha dicho que cerrará las que ya tiene aquí. Todavía.
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A la carga contra la izquierda está de nuevo la Iglesia católica mexicana, enojada porque la Asamblea Constituyente de la CDMX incluyó los derechos a la muerte digna, al matrimonio civil entre personas del mismo sexo y la adopción por parte de estas parejas.
Ayer desde su órgano oficial, el semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México, que todavía encabeza el cardenal Norberto Rivera, advirtió: “No hay duda que los miles de capitalinos que marcharon en septiembre para defender la familia, estarán atentos al resultado del constituyente y sabrán actuar en consecuencia castigando en las urnas a una izquierda corrupta, decadente y depredadora de los valores morales y familiares”.
Sin esperar el “castigo divino”, la Iglesia prefiere inmiscuirse en los asuntos públicos e ir directo contra la ampliación de derechos y libertades de la población, sin el temor de que se le apliquen sanciones.
Una afrenta directa al Estado laico.
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Mostró fuerza, ayer, no el PRD sino su dirigente nacional, Alejandra Barrales, quien logró concentrar a más de cien mil personas en la explanada del Monumento a la Revolución en un mitin contra el aumento al precio de las gasolinas.
Muy distinto a los menos de 200 que fueron a la convocatoria al mitin que el pasado lunes encabezó la secretaria general del sol azteca, Beatriz Mojica, en el Hemiciclo a Juárez.
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